Finalmente, o no, depende de cómo consideren los Reyes Magos y sus socios independentistas que se ha portado Pedro Sánchez, el Gobierno intentará sacar adelante el proyecto de Presupuestos Generales del Estado que presentará en el mes de enero en las Cortes, tal y como confirmó el propio presidente, hace algo más de una semana. Sin embargo, su intención de llevarlos al Congreso no implica que vaya a lograr aprobarlos. De hecho, parece bastante difícil que esto pueda ocurrir, dada la falta de apoyos claves como los de ERC y PDeCAT, lo que significa que será complicado tramitar medidas como las subidas de impuestos previstas en las cuentas públicas, particularmente las de Sociedades y la del IRPF a clases altas.

Pero, independientemente de lo que ocurra, lo cierto es que, y conviene recordarlo, la subida fiscal masiva que ha puesto en marcha el Gobierno, afectará a la clase media y no solo a los ricos, como asegura cada vez que puede algún miembro del Ejecutivo. "Pagarán los ricos" dice el ministerio de Hacienda para subrayar que serán las rentas altas y las grandes empresas las que carguen con el incremento de ingresos. Llega incluso a señalar que la subida del IRPF sólo afectará al 0,5% de la población, y recalca que “el objetivo fiscal es que aquellos que tengan más aporten más”.

Este es el mensaje que han repetido de forma insistente en los últimos meses para justificar la histórica subida. Sin embargo, una cosa es el discurso y otra muy distinta la realidad que plantean las cifras.

Un ejemplo muy evidente es la denominada tasa Tobin, que gravará “con un 0,2% la compra de las acciones emitidas en España de empresas cotizadas cuya capitalización bursátil sea superior a 1.000 millones”. Esto influye, por ejemplo, de manera directa en la compra de títulos de aquellas empresas más cotizadas del Ibex, las más contratadas en España y no solo por ciudadanos con alto nivel adquisitivo porque según la última oleada de la Encuesta Financiera de las Familias coordinada por el Banco de España, que permite acceder a datos referidos a las características de la participación de los hogares españoles en acciones cotizadas, un 11,4% de los hogares españoles eran propietarios de acciones cotizadas, lo que representa 2,1 millones de hogares, si la aplicamos al número total de hogares en España y 5,25 millones de personas con exposición a acciones, teniendo en cuenta el número medio de personas por hogar.

 "Pagarán los ricos". Este es el mensaje que han repetido de forma insistente en los últimos meses para justificar la histórica subida

Pero además, la aplicación de la tasa tendrá consecuencias sobre los planes de pensiones, productos que, una vez más, son habituales entre trabajadores de renta media. Según los cálculos de Inverco, la tasa Tobin reducirá en un 6% la rentabilidad de estos productos durante los próximos 25 años. El presidente de la asociación de las gestoras de fondos (Inverco), Ángel Martínez-Aldama, calcula que esta tasa Tobin supondría un impacto del 7% en la rentabilidad de los fondos, en un plazo de 25 años. En el caso de los planes de pensiones, la reducción sería del 6%. El máximo responsable de la industria de gestión de activos ha asegurado que un impuesto sobre las transacciones financieras “lo acabarán pagando los partícipes y no las entidades financieras”. 

También tendrá reflejo directo sobre la clase media la nueva fiscalidad del diésel. La titular de Hacienda ya adelantó hace algo más de un mes que el incremento tendrá un coste de 3,3 euros al mes para el conductor medio, que según sus explicaciones es el que hace 15.000 kilómetros al año. Incluso llegó a reconocer ante los medios de comunicación que esperaba que la medida no tuviese “una repercusión importante en el bolsillo del consumidor”, y que en todo caso, sería su “granito de arena” para que las próximas generaciones puedan disfrutar de un “planeta verde”.

El incremento en Sociedades que el Gobierno aplicará a la banca previsiblemente será repercutido al usuario

El Gobierno siempre ha insistido, no obstante, en que la subida no tiene fines recaudatorios sino disuasorios. Un argumento que, según los expertos, no casa con el hecho de que Hacienda aplique el incremento a conductores profesionales como taxistas y transportistas, que al parecer son los que más contaminan con las emisiones de sus vehículos.

Sobre las rentas medias planea el incremento en Sociedades que el Gobierno aplicará a la banca. En el texto presupuestario se habla de una tributación mínima de un 15% sobre la base imponible positiva del Impuesto de Sociedade» pero, adicionalmente, “para las entidades de crédito y explotación de hidrocarburos el tipo de gravamen sería del 18% dado que cuentan con un tipo nominal incrementado”.

Esta medida sustituye al impuesto directo a la banca, que tantas críticas provocó por parte del sector, y al igual que ha ocurrido con otras actuaciones en el ámbito financiero, lo que ocurrirá finalmente es que se revertirá al usuario.

Tampoco está claro, lo que ocurrirá con el nuevo impuesto a las grandes tecnológicas cuyo objetivo son aquellas “con ingresos anuales totales mundiales de al menos 750 millones y con ingresos en España superiores a los tres millones” y que “gravará al tipo del 3% los servicios de publicidad en línea, servicios de intermediación en línea y la venta de datos generados a partir de información proporcionada por el usuario”. Los que saben de este negocio señalan que lo que Apple, Facebook, Amazon o Google tributan cada año en España no llega a los 30 millones de euros. Una situación que no variará aunque se implante la tasa. Además, y como siempre, será el ciudadano el perjudicado porque los Goliat del puntocom trasladarán parte del impuesto a los usuarios lo que quizá podría poner en peligro la gratuidad de estos servicios Por ahora, estas empresas no se han manifestado, pero parece probable que buscarán cómo hacer que sea el usuario el que abone, al menos en parte, este desembolso.

En cuanto al impacto total de la subida de impuestos, y dejando de lado su repercusión sobre la clase media, Hacienda prevé que la nueva fiscalidad aporte 5.678 millones muy lejos de los cerca de 9.000 que planteó el PSOE en sus presupuestos alternativos, es decir cuando el actual presidente del Gobierno era 'simplemente Pedro', según la vicepresidenta, Carmen Calvo, con una personalidad totalmente diferente a la que tiene ahora desde que duerme en La Moncloa.