Sigue la moda de realizar ‘biopics’ de grandes estrellas de la música. A las de Freddie Mercury o Bob Dylan le sigue ahora la de Bruce Springsteen, más conocido como “The Boss” (El Jefe), pero lo hace en un momento trascendental de su vida: durante el proceso de creación del álbum Nebraska, publicado en 1982. Supuso un alto en el camino de este músico quien, tras una gira extenuante se encontraba agotado y añoraba la calidez de sus viejos amigos. Por ello decidió retirarse a una tranquila casa en Colts Neck, una aldea vecina cerca de su ciudad natal de Freehold, en Nueva Jersey, para descansar y recuperarse. Ahí, con una grabadora de cuatro pistas y en su propio dormitorio vió la luz este álbum.

Lo que más asombra de este film es que Springsteen haya dado permiso para retratar parte de su intimidad personal, al aludir no solo a la depresión que sufrió en aquel momento sino al peso que tenía en ello su complicada infancia, marcada por los graves problemas mentales de su padre, etapa que se ve en la película retratada en blanco y negro.

Perfeccionista profesional rayando la obsesión, retrata la búsqueda de sentido a su vida de este músico, que en los albores de su éxito se encontraba tremendamente perdido.

Jeremy Allen White realiza una actuación portentosa metiéndose en la piel del denominado “The Boss”, para la cual tuvo que aprender a cantar y tocar la guitarra para interpretar temas tan estupendos como “Nacido en Estados Unidos”. Ha sido dirigida por Scott Cooper a partir de su adaptación del libro homónimo de Warren Zanes. 

Para: los que les gusten los ‘biopics’ de grandes estrellas de la música e imprescindible para los seguidores de esta estrella de la música.