Cine policiaco con aroma clásico, eso es lo que propone el veterano cineasta parisino Patrice Leconte (El hombre del tren) en su adaptación al cine del comisario Maigret, imaginado por el escritor belga Georges Simenon. Traslada al cine una de sus obras más celebradas “Maigret y la joven muerta” que, como su título indica, narra las pesquisas llevadas a cabo por el tenaz comisario para descubrir al asesino de una joven indocumentada cuyo cadáver aparece con un vestido de fiesta en una plaza de Paris.

Con multitud de traslaciones llevadas al cine anteriormente de este policía, las más celebradas las interpretadas por Jean Gabin y Charles Laughton, ahora le ha tocado a otro grande del cine: Gerard Depardieu, impresionante en el papel, para esta adaptación bastante acertada de lo que relataban las novelas: un comisario puntilloso en sus casos, algunos de apariencia simple, pero que han sido perpetrados por hombres o mujeres especialmente depravados, en esta ocasión con gran desprecio por la vida humana. Leconte consigue transmitir algo innato en las novelas: esos sabores y olores innatos a cualquier ciudad, al fondo la soledad de las muchachas inocentes que aterrizan en la capital francesa en busca de una oportunidad, de cumplir los sueños que, en ocasiones, se transforman en pesadillas.

A destacar también la dirección de producción, que ha hecho un gran esfuerzo por ambientar perfectamente el Paris de los bajos fondos del año 1950.

Para: los que les guste el cine policiaco y las novelas de Maigret.