Tras contemplar el brutal asesinato de su padre, el adolescente príncipe nórdico Amleth, huye de su tierra pero jura venganza por esa muerte y promete salvar a su madre.

Más que El hombre del norte, el titulo de este film debiera titularse Hombres salvajes, porque aquí se nos presenta la versión de Hamlet más cruda, violenta y oscura realizada hasta la fecha, algo que encaja perfectamente en la filmografía del cineasta Robert Eggers, que impactó con la película satánica La bruja.

Los ecos de la obra shakesperiana resuenan desde las primeras imágenes, pero si en aquella la religión cristiana está presente por el sentido de culpa aquí los hechos descritos, desprovistos totalmente de esa condición, nos muestran una sociedad salvaje, adoradores  de dioses ancestrales donde no se vislumbra el perdón y son normales los sacrificios humanos. Los aztecas no eran los únicos que extraían el corazón de los perdedores, como vemos en este film. De ahí que los acontecimientos que se narran sean de una violencia inusitada, que Eggers no se “corta” de mostrar explícitamente al igual que los desnudos totales. El hombre del norte no es una película al uso de terror, pero la crueldad que contemplamos consigue estremecer.

Con una puesta en escena formidable, que nos muestra paisajes majestuosos pero desolados (se rodó en Islandia) , el director nos convence con su capacidad para rodar escenas de acción rotundas pero tampoco se queda atrás en la dirección de actores, muchos de ellos famosos como Alexander Skarsgård, Nicole Kidman, Ethan Hawke,  Willem Dafoe y Anya Taylor-Joy, ésta con la que rodó la película satánica La Bruja.

No parece adecuada para personas sensibles ante imágenes violentas.

Para: los que sientan fascinación por la obra Hamlet y vean todas sus versiones, incluso tan violentas como ésta.