Al director Ivan Calbérac los aficionados al cine francés lo conocían por su encantadora película El Sr. Henri comparte piso en la que planteaba la excelente amistad intergeneracional que se establecía entre un anciano cascarrabias y una joven vitalista, a la que alquilaba una habitación en su casa. Con un mensaje tan positivo como aquella, ahora opta por contar la historia de amor entre una matrona, Hortense, que vive sola con su gato, y Jacques, un bodeguero local gruñón por el que siente un flechazoinstantáneo. Ansiosa por volver a verlo, asiste a una caótica cata de vinos en la que nada sale como esperaban. Comedia romántica sobre segundas oportunidades que plantea la soledad en la que viven actualmente muchas personas en el mundo occidental. Agrada que los protagonistas sean un hombre y una mujer de mediana edad, y físico normal, con las rarezas propias de su edad y no jóvenes atractivos con cuerpos “Danone”.

Tanto El Sr. Henri comparte piso como Cata de vinos, fueron primero obras teatrales que su director, Ivan Calbérac, ha trasladado a la gran pantalla y eso se percibe porque la palabra prima sobre la acción, y porque todo la trama recae sobre la excelente actuación de sus dos protagonistas, encarnados por Isabelle Carré y Bernard Campan, dos actores que son muy queridos en el país galo por su buena trayectoria profesional, algo que se demuestra en que ambos han conseguido el César (como el Goya español) por películas que merecen verse; en el caso de Carré por Delicioso y La historia de Marie Heurtin mientras que Bernard Campan lo logró por Una bolsa de canicas. Ambos defienden con talento a sus personajes, muy bien descritos, al mismo tiempo que demuestran una gran complicidad entre ambos lo que hace más creíble ese romance entre dos personas veteranas y, aparentemente, muy diferentes.

En lo que chirría esta comedia romántica es que la protagonista, a la que presentan como buena católica, tiene tal obsesión por ser madre que tomará la decisión de conseguirlo por medios no admitidos por su religión. Algo, por cierto, que desgraciadamente ocurre en la vida real. Como se supone por el título de la película, el vino tiene un papel relevante en esta película, y a los amantes del buen beber les agradarán las breves pero acertadas explicaciones que el bodeguero ofrece en sus catas de vinos.