• A punto de cerrarse la primera etapa: la compra de Yoigo por parte de Masmovil.
  • Teliasonera pide ahora entre 300 y 350 millones de euros por su filial española.
  • El papel de Ana Botín ha sido decisivo para el regreso de Villalonga.
El otro día les hablamos del interés del fondo Warburg Pincus para hacerse con Yoigo y con Masmovil. Una operación muy jugosa y con mucho sentido, teniendo en cuenta la situación actual de las dos telecos. Resulta tan apetitosa que Warburg Pincus no está solo. Ahora es Juan Villalonga (en la imagen) el que prepara su oferta por las dos compañías. Él expresidente de Telefónica quiere volver a España y no está dispuesto a dejar pasar esta oportunidad. Por cierto, la verdadera artífice del interés de Villalonga en la operación ha sido Ana Botín. No en vano, el Santander es el banco encargado de la venta de Yoigo. Vamos con la operación. Masmovil está interesada en comprar Yoigo. Tras la adquisición de los activos sobrantes de la fusión Orange-Jazztel, la teleco que dirige Meinrad Spenger busca fortalecer su posición en el mercado móvil. Recuerden que el objetivo de Masmovil es convertirse en el cuarto operador convergente de España. Por su parte, Teliasonera (77% de Yoigo) lleva meses buscando una salida para su filial, en la que también participan ACS (17%) y FCC (3%). Salida que ahora parece más cercana, ya que las pretensiones de Teliasonera han disminuido significativamente. De los 1.000 millones de euros que ofreció Orange en su día y que rechazaron los suecos, hemos pasado a entre 300 y 350 millones. Es la oferta que tiene Masmovil encima de la mesa y Spenger no quiere desaprovecharla. Eso explica que Masmovil renunciase este lunes para presentarse a la próxima subasta de frecuencias radioeléctricas que pertenecían a ONO, a la que sí se presenta Yoigo. ¿Para qué hacerlo si al final compra la filial de Teliasonera? Lógico. Ahora bien, sigue siendo una cantidad elevada para sus posibilidades. Por eso, se hace imprescindible la colaboración de un socio que ponga el dinero. Y ahí es donde entra Villalonga, con su fondo Hermes Growth Parfners. Y, aunque no es el único, sí es uno de los más interesados en la operación. Pablo Ferrer pablo@hispanidad.com