Fracasó el Consejo Europeo. Los 27 jefes de Estado y de Gobierno, reunidos en video-conferencia no llegaron a acuerdo alguno por el racismo supremacista de Prusia y Holanda. En parte, se reprodujo la confrontación de la Guerra de los 30 años (1618-1648) entre católicos españoles y protestantes prusianos y de los Países Bajos.

Traducido: durante una reunión de más de seis horas, los 27 miembros de la Unión Europea no lograron ponerse de acuerdo en nada respecto a la forma de luchar contra los efectos económicos del coronavirus. No hubo ni plan Marshall ni la mutualización de la deuda que solicitaban España e Italia, al menos una parte de la misma, con apoyo francés. En contra de la imagen distribuida en España, lo cierto es Emmanuel Macron no manda en Europa porque tampoco manda mucho en Francia.

¿Norte contra sur? No, Prusia y su lacayo neerlandés contra los cuatro puntos cardinales de Europa

Ojo; mutualizar -es decir, que la UE emita deuda (los coronabonos, por ejemplo) con las mismas condiciones, lo que reduciría el coste de la deuda de los países más débiles- no es la solución a Europa… porque endeuda más a Europa (que es lo que hay que evitar), pero sí supondría un signo de que el proyecto de unidad continental se reafirmaba tras el Brexit, un signo de que los 27 hacían algo en común para homologar las condiciones de vida en los “Estados Unidos de Europa” (EUE), que es como debería llamarse la UE, si no quiere perder la “U”.

Simplemente, Alemania y Holanda no quieren reducir su riqueza para ayudar a los pobres, que son casi los 25 restantes. Y esto, tras la salida del Reino Unido, no es buena señal.  

Pero, ojo,Sánchez no resulta fiable en Europa por su servilismo ante China y por la presencia de Podemos en el Ejecutivo

En cuanto a Pedro Sánchez y Guiseppe Conte, nadie les toma muy en serio en Bruselas. Ambos líderes gobiernan con una alianza frentepopulista -más claro en el caso de España que en Italia-, gobiernos que han propiciado en ambas naciones un enfrentamiento civil, el de las dos Españas y el de las dos Italias.

En el caso de Sánchez, la desconfianza es aún mayor por cuanto tiene a los comunistas bolivarianos en su Ejecutivo y a su líder, Pablo Iglesias, nada menos que con el rango de vicepresidente y como controlador ideológico de la labor del Gobierno.

Y otro apunte: en Europa no gusta el servilismo sanchista ante China, país originador del virus que, pretende, a través del Covid, empleado en aprovechar la pandemia para lograr la supremacía mundial y forzar el repliegue del Occidente cristiano. El ridículo de Sánchez con los tests rápidos chinos, ha sumido a los españoles en el ridículo global, ante un Xi Jinping cada vez más agresivo, más chulesco y más peligroso. En cualquier caso, lo que está claro es que nadie cree a China.

Pero eso no disculpa el egoísmo de Alemania y de su lacayo, los Países Bajos.

El ridículo de Sánchez con los tests rápidos chinos, ha sumido a los españoles en el ridículo global, ante un Xi Jinping cada vez más agresivo, más chulesco y más peligroso

Y no se confundan: ¿Centroeuropa contra el sur? No. Prusia y su lacayo neerlandés contra los cuatro puntos cardinales. Polonia, por ejemplo, también es Centroeuropa

Resumiendo, la UE está muerta. El Consejo Europeo fracasa de nuevo, y en pleno ataque del coronavirus, por el egoísmo supremacista de Alemania y Holanda. De la Europa evangelista, ciertamente, frente a una Europa católica… aunque vaciada de Cristo.

Mutualizar la deuda (si lo prefieren, los coronabonos) era la oportunidad para revivir el proyecto Europeo. Una mala opción pero, al menos, opción de unidad.

A día de hoy, la Unión Europea está muerta y lo cierto es que no pinta nada en el mundo. Otrosí: los españoles no podemos esperar nada de la Unión Europea. Empecemos a pensar en sacarnos, nosotros mismos, las castañas del fuego.