Pero no deja de sorprender que Iberia, una de las empresas más ligadas al PSOE, utilice estas técnicas
IAG-Iberia está viviendo una auténtica pesadilla. Tras presentar unos resultados semestrales nefastos y anunciar una ampliación de capital de 2.750 millones de euros -tendrá que aprobarla la Junta de Accionistas de septiembre-, el valor de la compañía se ha derrumbado este lunes más de un 4% en bolsa, hasta los 1,76 euros por acción.
El desplome no es baladí y no se puede comparar con las típicas caídas asociadas a ampliaciones de capital. Estamos hablando de 2.750 millones para una empresa cuya capitalización bursátil apenas supera los 3.500 millones. En otras palabras, Qatar Airways, máximo accionista del grupo (25,1%) y sobrado de liquidez -es el único que ha anunciado, hasta el momento, que acudirá a la ampliación- podría hacerse con el control de IAG a precio de ganga.
La clave, como adelantó Hispanidad, está en las ayudas de los gobiernos español y británico a Iberia y British Airways, respectivamente, en un momento crítico, en el que países como Francia o Alemania han rescatado directamente a sus aerolíneas, incluso entrando en su capital.
La peculiaridad de IAG, con sede en España pero con mando en Londres, ha provocado que, hasta la fecha, ninguno de los dos gobiernos haya dado un paso al frente. British Airways sólo ha conseguido una extensión de una línea de crédito de 1.250 millones e Iberia (y Vueling) han recibido 1.010 millones de créditos avalados por el ICO. Insuficiente para capear el temporal.
La ampliación supone la última baza para lograr un compromiso real de ambos gobiernos para rescatar a Iberia y a British Airways. Si no lo hacen, Qatar tendría muy fácil hacerse con el control absoluto del grupo. Y estamos hablando de empresas estratégicas, al menos para el turismo, la principal fuente de riqueza de España.