Markus Krebber, consejero delegado de RWE, puede estar satisfecho con el desempeño semestral, pero debe vigilar la deuda y el apalancamiento
A RWE le va mejor que a E.On, pues ha empezado bien el año y ha tenido un impacto limitado del coronavirus. El beneficio neto ha sido de 728 millones de euros (-24,2%) en el primer trimestre por un resultado financiero más bajo y extraordinarios, pues ya no tiene el impacto de vender Innogy, y sin esto, la ganancia neta ajustada ha sido de 603 millones.
“Gracias a nuestro sólido modelo de negocios, registramos ganancias significativas en todas las cifras clave de ganancias, incluso en estos tiempos difíciles”, ha señalado el director financiero de RWE, Markus Krebber. “Estamos persiguiendo nuestro objetivo de convertirnos en neutral en carbono para 2040”, ha añadido. Sin embargo, el fondo petrolero de Noruega (Norges Bank) ha decidido irse del capital por el incumplimiento de sus directrices sobre el uso del carbón, al igual que ha hecho en Glencore o Anglo American, según Financial Times. Parece que a los noruegos no les ha bastado que RWE vaya a invertir 5.000 millones en crecer en energía eólica y solar, para construir otros 4 GW de capacidad renovable para 2022.
RWE va a invertir 5.000 millones en crecer en energía eólica y solar, para construir otros 4 GW de capacidad renovable para 2022
El mayor productor de energía de Alemania ha elevado las ventas a 3.803 millones hasta marzo, el Ebit ajustado a 955 millones y el Ebitda ajustado a 1.312 millones (+19%), gracias a los fuertes vientos y la nueva capacidad que impulsaron su negocio de renovables. En el negocio de eólica marina ha generado un Ebitda ajustado de 431 millones (+30%); la división de eólica terrestre y solar, 209 millones (+20%); el área de hidraúlica, biomasa y gas, 217 millones; la división de carbón y nuclear, 282 millones, que quiere abandonar (ha cerrado su última carbonera en Reino Unido, está convirtiendo otra a biomasa en Países Bajos y espera al procedimiento parlamentario en Alemania que decretará el cierre progresivo del carbón); y el de suministros y comercio, 170 millones.
Krebber ha confirmado las previsiones y la propuesta de repartir un dividendo de 0,8 euros este año y de 0,85 en 2021. Y es que aunque la deuda neta ha aumentado en 1.700 millones, hasta los 8.685 millones, RWE tiene una buena liquidez, y no tiene planes de solicitar ayuda estatal ni de medidas para el personal (la plantilla asciende a 19.780 personas).