Francisco, cada vez más solo
Es el rumor que circula por el Vaticano y así me ha llegado por tres fuentes distintas. Debo, por tanto, darle pábulo: Francisco seguiría los pasos de Benedicto XVI y se jubilaría, o le jubilarían, pasada la Navidad.
Ahora bien, tres fuentes en el Vaticano no significan nada. El Vaticano es un hervidero continuo de rumores. Es más, la jubilación-abdicación de Benedicto XVI no se supo ni cuando él la anunció oficialmente. Lo hizo en latín y hemos descubierto que la mejor defensa contra la globalización es el latín: todo el mundo se ha olvidado de él menos los viejos eclesiásticos.
Además, su voz parece cada vez más secuestrada y su agenda cada vez más forzada. Ejemplo, reunión con el capitalismo inclusivo
Además, a efectos periodísticos, el problema de la Iglesia es que el Espíritu Santo actúa al margen de las redes sociales y mucho me temo que los servicios de prensa de la Divinidad son los más trasparentes -nada hay oculto que no llegue a descubrirse- pero siguiendo la vieja técnica que implica la ruina de nosotros, los periodistas: ¿cómo esconder un elefante en la Gran Vía? Llenando la Gran Vía de Elefantes.
Claro, no hay mayor trasparencia que lo evidente, pero lo evidente no necesita de los medios, camina directamente desde el emisor al receptor. A los medios nos deja sin trabajo.
En el Vaticano actual las voces proféticas son silenciadas pero también: algunos ‘tradicionalistas’ se han ensoberbecido y los ‘liberales’ manejan los hilos de poder
Por tanto, como información, la presunta jubilación de Francisco tiene el valor que ustedes quieran darle. Ahora bien, si se convierte en hecho, entonces échense a temblar.
¿Por qué? A ver: este Papa lleva ocho años, desde que fue elegido, luchando contra un cisma latente, que vamos a llamar el cisma progre, así como contra la incomprensión de muchos cristianos, llamémosles 'tradicionalistas'. Incomprensión en ocasiones justificada -¿qué pinta Francisco recibiendo a los del capitalismo inclusivo, las grandes familias masónicas y satánicas, de Occidente, como los Rothschild o los Rockefeller?- pero que no justifica calificar a Francisco como un anti-Papa, que es lo que están haciendo algunos ‘tradicionalistas’.
Además, la voz de Francisco parece cada vez más secuestrada, sobre todo por los ‘liberales’, los progres, y su agenda cada vez más forzada por la camarilla progre que le rodea.
Tres enemigos: panecologismo, ideología de género y el más grave de todos: el intento de eliminar la Eucaristía. Los tres llevan a la mayor crisis de la historia de la Iglesia: la blasfemia contra el Espíritu
Más: en el Vaticano actual las voces proféticas son silenciadas pero también, repito, algunos ‘tradicionalistas’ se han ensoberbecido y los ‘liberales’, repito, manejan los hilos del poder. Un verdadero caos de secularización de la Iglesia. Sí, parece una contradicción pero es una paradoja: la Iglesia se está secularizando… pero los cristianos debemos seguir obedeciendo al Papa.
Tres enemigos: panecologismo, ideología de género y el más grave de todos: el intento de eliminar la Eucaristía. Los tres nos han llevado a la mayor crisis de la historia de la Iglesia: la blasfemia contra el Espíritu, es decir, llamar bueno a lo malo y malo a lo bueno. Una inversión de valores verdaderamente demoníaca.
La pandemia ha sido el broche final de esta peligrosa secularización de la Iglesia, porque la confianza en Dios ha sido sustituida por la neurosis global de miedo a la muerte por Covid. En lugar de constituir un escenario para la conversión y el arrepentimiento, o al menos para replantearse la existencia, la epidemia del coronavirus ha provocado tal miedo a la muerte que ha paralizado a la humanidad. En lugar de provocar el abandono en manos de Dios, el virus ha disparado el destierro de Jesucristo de la vida privada (si fuera de la vida pública me preocuparía menos).
La pandemia ha sido el broche final de la peligrosa secularización de la Iglesia, porque la confianza en Dios ha sido sustituida por la neurosis global de miedo a la muerte por Covid
En estas estamos, y no me extraña que Francisco, acosado, sobre todo, por el enemigo interno, el progre, y vituperado por el externo, los 'tradicionalistas', cargados de razones pero ensoberbecidos, ande tentado de arrojar la toalla (tendríamos dos papas eméritos, ¡qué guay!) y dimitir.
Pero dado quién está alentando esa dimisión y quien le mantiene semi-secuestrado en el Vaticano, por favor, que siga Francisco, aunque su Papado se convierta en un auténtico martirio para él y genere bastante confusión entre la grey. Que el rumor, antesala de la noticia, no se confirme esta vez.