El presidente de Ferrovial, Rafael del Pino, afronta la ‘tormenta perfecta’ y ojo: la posición financiera no parece tan buena
Como de costumbre, la sociedad de Rafael del Pino ha acudido al cierre de mercado -martes 30- a la cita con el regulador e informar a los inversores de la marcha de la sociedad hasta septiembre. Y lo ha hecho con un resultado que a todas luces no debe satisfacer ni a la compañía, ni a los accionistas, aunque sí al mercado -este miércoles, la cotización sube un 2,2% en la apertura-. Así y todo, vistos los resultados del trimestre anterior y los motivos que lo han provocado, no deberían causar ninguna sorpresa.
Y es que Ferrovial vuelve a los números azules... pero por poco. ¿O más bien deberíamos decir ‘negros’? Porque negro se puede calificar un resultado neto de 59 millones de euros (M€) hasta septiembre, como de ese mismo color se puede calificar la cifra de ventas (9.114M€), un 0,9% menos que en 2017 y que, unidos a unos gastos de explotación de 8.773M€, que son 286M€ más que en septiembre del año anterior, dejan un Ebitda de 344M€, un 51,6% inferior al obtenido en 2017.
Hasta aquí más o menos todos sabemos dónde está el problema. Repasando el resultado bruto por líneas de negocio, no hay ninguna que se salve y todas (salvo “otros” que no es significativo), presentan un descenso respecto al pasado ejercicio: 4,2% autopistas, 5,5% aeropuertos, 33,7% (-55M€), y la que está hundiendo la cuenta de resultados de Ferrovial, servicios, que ya lleva un 98,1% menos que en 2017, que son, ni más ni menos, -303M€, de los que 237 corresponden a la provisión por el litigio con el ayuntamiento de Birmingham y que está suponiendo una losa sobre la cuenta de resultados de la compañía.
La deuda financiera bruta continúa creciendo y se sitúa en 8.977M€ que supone un 7% más que en el anterior ejercicio
Los 46M€ menos de amortizaciones y los 7M€ obtenidos por enajenaciones de inmovilizado han sido en este trimestre un suave bálsamo reparador para que el resultado de explotación no haya sido más escandaloso y haya cerrado en 102M€, -366M€ menos que en 2017 que sin la “avería” de Birmingham serían aún 129M€ menos que en el pasado ejercicio. El margen ha quedado reducido a un 1,1% cuando en el mismo periodo de 2017 era del 5,1%. El resultado financiero es de -191M€ mientras que en 2017 fue de -228M€.
La deuda financiera bruta continúa creciendo y se sitúa en 8.977M€ que supone un 7% más que en el anterior ejercicio, y un crecimiento de la tesorería de 197M€, lo que deja una posición neta de tesorería de -3.875M€, 412M€ inferior a la registrada en septiembre de 2017 y que continúa lastrando a la compañía a una situación delicada si comienza a hacer desinversiones en proyectos que generen efectivo, como parece anunciar.
Mientras, el jaleo del Brexit deja a Ferrovial en una posición arriesgadísima
Hay un hecho posterior en el folleto que es la publicación de un hecho relevante en la CNMV el 16 de octubre, en el que Ferrovial anuncia el encargo a un asesor externo la exploración de la posible desinversión de todos o parte de los activos de su división de servicios, la división donde se concentran la mayor parte de las “peladillas” que están lastrando la cuenta de resultados de la compañía.
Mientras, el jaleo del Brexit continúa dando que hablar y cada vez es más complicado su resolución satisfactoria para los intereses comunitarios, y deja a Ferrovial en una posición arriesgadísima, ya que tiene la mayor parte de los huevos en esa cesta.
De buena tinta conozco que en Príncipe de Vergara 135 nadie se cree que el contencioso de Birmingham vaya a cerrase con solo una pérdida del importe provisionado a la fecha, mientras los inversores en Ferrovial, si han visto los resultados publicados el martes, seguro que tendrán pesadillas financieras esta noche.