• El lacónico Mariano no deja de hablar ante los medios: le ha visto los dientes al lobo.
  • Y mientras, continúan los 'dos gobiernos' del PP: el de Soraya y el de los antisorayos.
  • Margallo, Pastor y Núñez Feijóo quieren sustituir a Soraya en la Vicepresidencia para dar el salto en dos legislaturas.
  • Sólo que para todo eso, primero hay que ganar las elecciones de diciembre.
  • Y para eso hay que conquistar a la ofendida y mayoritaria clase media y al vejado, políticamente minoritario pero sí socialmente significativo, voto católico.

Hemos pasado del presidente plasma al presidente plasta. De un Mariano Rajoy (en la imagen) que consideraba suficiente hablar a los periodistas desde una pantalla de televisión a otro que busca su compañía y que incluso no hace amago de marcharse de los corrillos que se forman a su alrededor. Vamos, que los plumíferos ya no saben ni qué preguntarle. De presidente plasma a presidente plasta. Y es que hasta Rajoy está convencido de que lo más probable es que en las elecciones de diciembre le saquen de La Moncloa. Hasta ahora no ha hecho caso a los agoreros que le hablaban de que a lo mejor se quedaba en presidente de una legislatura. Pero ahora ni Jorge Moragas está seguro de la victoria. En primer lugar, ya no basta con la mayoría simple: el descerebrado de Pedro Sánchez -un tipo aún más descerebrado que ZP- está dispuesto a unirse, no ya con Podemos, sino con Compromís, con independentistas y hasta con proetarras reconvertidos, con tal de acceder a La Moncloa. Por tanto, hay que ganar con no menos de entre 150 y 160 diputados (la mayoría absoluta, ni soñar con ella) y aún así no están claras las alianzas. Y las encuestas actuales no presagian eso. Hay que convencer al abandonado e injuriado electorado católico y a aquéllos que, sin ser especialmente coherentes a la hora del voto, simplemente creen en una serie de valores que el presidente más tibio de la historia del PP, un tal Mariano, ha atropellado una y otra vez. Ojo, y todo ello para atropellarlo después de las elecciones -seguro-, cuando ceda a las exigencias de ese partido macarra llamada Ciudadanos. Con menos de 160 diputados, otros personajes con tentaciones progresistas, Felipe VI podría jugar la baza de Pedro Sánchez coaligado con todo el espectro republicano español. Igual que su padre, Juan Carlos I, quien consideraba que la derecha tenía que estar a su lado por las malas y a quien había que ganarse era a los socialistas. En el entretanto, en Moncloa hay dos gobiernos del PP. No, ya no Soraya contra Rajoy, aunque Ciudadanos se empeñe en ello, sino Soraya contra los que quieren ser vicepresidentes en lugar de Soraya. Y ella insiste, como este lunes, que quiere que Rajoy sea el próximo presidente y que se va a dedicar e ellos en cuerpo y alma. Al menos dos ministros y un presidente autónomo aspiran al cargo de Soraya: García Margallo, Ana Pastor y Núñez Feijóo. La aspiración de los tres insiste en alcanzar la vicepresidencia durante la próxima legislatura y dar el salto a la Presidencia en las elecciones de 2019. Para eso hay que ganar los comicios de diciembre, claro está, pero es que, además, esas cuentas a largo plazo olvidan algo que, al menos dos de ellos, sus paisanos, no deberían olvidar jamás: Rajoy es gallego. Si repite como presidente por segunda vez nadie le quitará la posibilidad de ir a una tercera. Por el momento, estamos en el paso de presidente plasma a presidente plasta. A lo mejor es que ahora ya no le asesora Arriola, sino su señora, Villalobos. ¡Quién sabe! Eulogio López eulogio@hispanidad.com