Los accionistas y acreedores del Popular no tienen derecho a recibir ninguna compensación por las pérdidas sufridas como consecuencia de la intervención y resolución del banco en junio de 2017. Así lo ha dictaminado este lunes la Junta Única de Resolución (JUR) de forma preliminar.

La decisión del organismo que preside Elke König no sorprende, y menos aún después de conocer la conclusión del informe de Deloitte publicado en junio. “El tercer informe de valoración llega a la conclusión de que bajo procedimientos normales de insolvencia las pérdidas generales habrían sido sustancialmente mayores”, afirma este lunes la JUR.

Una cosa está clara: todas las actuaciones y todos los informes, incluidos los de Deloitte, están encaminados a justificar la intervención de la JUR. Y es que la alemana König está empeñada en imponer el sistema de resolución en toda Europa y necesita un caso que sirva de ejemplo y, al mismo tiempo, muestre su poder y su determinación a la hora de aplicarlo. ¿Qué ha sucedido? Que hasta el momento no se lo han permitido aplicar en ningún país salvo en España.

Otrosí: el Popular cayó por falta de liquidez, una situación a la que le condujo el propio BCE que, en última instancia y por primera y única vez en la historia, le negó a un banco la liquidez que necesitaba. Oiga, es que usted se ha ahogado. Claro, porque usted, el único que podía abrir la ventana, no lo hizo. Esto es importante tenerlo en cuenta porque es idiosincrático a los bancos tener un capital circulante negativo. En otras palabras, ningún banco, por muy solvente que sea, puede subsistir si se le niega liquidez.

 El Popular cayó por falta de liquidez, una situación a la que le condujo el propio BCE.

Cuidado, no estamos diciendo que el Popular no tuviera dificultades. Incluso, puede ser que los accionistas y bonistas tuvieran que perder todo su dinero, pero siempre y cuando el banco valiera un euro. Ahora bien, ¿estaba el Popular en quiebra? Si fuera así -algo para lo que hay que aportar pruebas- llévenlo a concurso de acreedores y que sea un juez quien se haga cargo de la situación.

Porque esa es otra de las claves: ¿De verdad el Popular valía un euro? Ojo, porque además de los 1.300 millones que valía en bolsa, el patrimonio neto del banco era positivo en el momento de la resolución, esto es, cumplía con todos los requerimientos de recursos propios. Entonces, a los accionistas y bonistas les correspondían su parte alícuota de dicho valor patrimonial y no cero euros como así sucedió.

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Porque ni la JUR ni Deloitte han tenido en cuenta que ese valor patrimonial se debe fijar con arreglo al criterio de empresa en funcionamiento, no de empresa en liquidación, ya que la apertura de concurso, según la legislación concursal española, no tiene que conducir necesariamente a la liquidación total e instantánea de la compañía.

Señora König: tal vez tenga usted razón y tanto accionistas como acreedores debían perderlo todo. Ahora bien, si el Popular estaba en quiebra, demuéstrelo y luego llévelo a concurso de acreedores, pero no nos haga tragar con ruedas de molino.