- Las pérdidas superan los 18.700 millones de euros en los nueve primeros meses del año.
- Difícil contexto: crudo muy barato, menor producción, depreciación del peso mexicano y elevada deuda.
- México deja de ser el tercer proveedor de EEUU, pues Venezuela le arrebata el puesto.
- Lanza un bono por 600 millones de francos suizo, la mayor emisión en esta divisa realizada en Hispanoamérica.
- Extiende el plazo de pago para sus contratistas y devuelve al Estado 95 campos petroleros que generan pérdidas.
Petróleos Mexicanos (
Pemex) ya no es la empresa estatal que era hace unos años. Recuerden que solía dar lecciones a
Repsol y le presionó bastante para llegar a un acuerdo con YPF y entrar en el yacimiento de Vaca Muerta. Pero ahora, la petrolera mexicana agacha la cabeza, pues los problemas se le acumulan.
A finales de octubre presentó sus resultados del tercer trimestre, los cuales arrojaron los peores datos de su historia. Y es que las
pérdidas acumuladas en los nueve primeros meses del año ascendieron a
18.700 millones de euros, el doble que en el mismo periodo de 2014.
La compañía paraestatal afronta un difícil contexto debido a varias razones. La caída del
precio del petróleo -
con la que España está muy feliz y las petroleras, en alerta-, el descenso de la
producción en un millón de barriles, la depreciación del
peso mexicano frente al dólar y la elevada
deuda. Por todo ello no es de extrañar que
el gobierno de Enrique Peña Nieto evalúe inyectar recursos a la petrolera.
En cuanto a la producción,
México ha dejado de ser el tercer proveedor de EEUU, pues Venezuela le ha arrebatado el puesto. En concreto, en los ocho primeros meses del año, el país azteca colocó en su vecino del norte un promedio de 707.000 barriles diarios, mientras Venezuela exportó 767.000 barriles a EEUU.
Pasemos al tema de la deuda. Pemex casi ha duplicado su cifra en lo que va del gobierno de Peña Nieto (
88,7%). Y es que antes de que llegara al poder,
la deuda de la petrolera ascendía a 786.900 millones de pesos mexicanos, pero a cierre del tercer trimestre ya ascendía a un billón 485.000 millones de pesos.
Precisamente, para aliviar un poco el desapalancamiento, Pemex
ha lanzado un bono por 600 millones de francos suizos. Esta ha sido la mayor emisión en la citada divisa que se ha realizado en Hispanoamérica y los recursos que se obtengan se usarán para financiar proyectos de inversión. Claro que también ha tenido que
extender el plazo de pago a proveedores, contratistas y cámaras empresariales: ha pasado de 7,15 ó 20 días hasta 180 días. Ha modificado el sistema de pensiones de sus empleados y devolverá al Estado 95 campos petroleros que tienen pérdidas, pues le saldría mucho más caro mantenerlos.
Tampoco podemos obviar que la petrolera mexicana es una empresa muy corrupta -como es habitual en ese país-,
usa poca tecnología y tiene una alta dependencia del Estado. Claro que éste último también depende y mucho de Pemex: un 30% de los ingresos públicos aún proceden de la compañía.
Cristina Martín
cristina@hispanidad.com