La crisis más profunda de la Iglesia: mejor nos quedamos con Francisco
Eucaristía por la inmigración ilegal, en la mañana del lunes, en el Vaticano. El Papa Francisco ha insistido en que para Dios nadie es extranjero y ha respondido a la doctrina de los últimos papas, en el sentido de que el estado lógico de una frontera es la de permanecer abierta.
Al grito de “para Dios nadie es extranjero”, la doctrina católica de apertura y acogimiento hacia el inmigrante se ha mantenido y fortalecido con la ceremonia de hoy en el Vaticano.
Cosa distinta es el apoyo papal a las ONG que se dedican a recoger a personas en el Mediterráneo. En primer lugar, porque Salvamento Marítimo y organizaciones similares, públicas, hacen una labor en España de forma mucho más eficiente. Y segundo, porque esas ONG está facilitando el negocio de las mafias, que abandonan a sus víctimas cerca de las costas libias, y chantajean a los organismos públicos y ONGs, que saben siempre irán a recogerlos.
Por lo demás, la mejor manera de luchar contra la inmigración ilegal es ayudar a los inmigrantes es su país de origen y no viene mal regular la inmigración, porque no se trata de acoger sino de integrar.