- La batalla de las comisiones en los cajeros se libra por el tamaño de la red.
- Las grandes entidades quieren rentabilizar su inversión y no quieren que los pequeños se aprovechen.
- Pero callan sobre el sistema más lógico: que se liquiden los gastos entre los propios bancos.
- En definitiva, la alternativa es no cobrar nunca al cliente.
No cabe duda de que la decisión de
Caixabank de cobrar dos euros a los no clientes por utilizar sus
cajeros es un cambio de modelo. Para entendernos: modelo anterior y que todavía existe: si un cliente, pongamos, de
Caixabank, saca dinero de un cajero, por ejemplo, de
BBVA (de Servired, como los de Caixabank), el banco catalán le cobrará una comisión de unos 0,60 euros, dependiendo del contrato que tenga el cliente. Pero esos 60 céntimos no se los queda Caixabank, sino que posteriormente se los pagará a
BBVA. En este caso, la comisión la cobra el banco dueño de la tarjeta.
Modelo nuevo, ya implantado por
Caixbank: por seguir con el mismo ejemplo, si un cliente del BBVA saca dinero de un cajero de Caixabank, el banco que preside Isidro Fainé le cobrará dos euros de comisión. En este caso, la comisión la cobra el dueño del cajero.
¿Dónde está la polémica de la doble comisión? En el hecho de que algunas entidades han seguido cobrando a sus clientes que han utilizado cajeros de Caixabank. Por seguir con el mismo ejemplo –que conste que es sólo un ejemplo- es como si el
BBVA cobrara 0,60 céntimos a su cliente que ha sacado dinero de un cajero de Caixabank. En ese caso, a ese usuario le estarían cobrando dos veces por el mismo concepto. Caixabank, dos euros, y el BBVA 0,60 céntimos. El Banco de España ya señaló en su día que esto no podía suceder.
En cualquier caso, este cambio de modelo ha supuesto la aparición de dos bandos: por un lado, Caixabank, BBVA y
Santander y, por otro,
Bankia,
Sabadell y otras seis entidades que utilizaban la red Euro 6000, esto es, Abanca, BMN, Ibercaja, Kutxabank, Liberbank y Unicaja. El primero, cobrará por utilizar sus cajeros. El segundo está ultimando un acuerdo para no hacerlo.
No son lo únicos dispuestos a pactar.
Bankinter ha pedido este martes ingresar en este grupo de 'no cobrantes', aunque tiene pocos cajeros y no interesa. Lo mismo le sucedió a
ING, que finalmente no fue admitido y ha tenido que negociar en solitario con Popular para que sus clientes puedan utilizar los cajeros del banco presidido por Ángel Ron.
En definitiva, la batalla de las comisiones en los cajeros se libra por el tamaño de la red. Caixabank, BBVA y Santander quieren rentabilizar su inversión y no están dispuestos a que los pequeños se aprovechen de su esfuerzo. Pero, ¿no sería más lógico que los bancos liquidaran los gastos directamente entre ellos? En definitiva, la alternativa a los dos modelos existentes sería no cobrar nunca al cliente.
Pablo Ferrer
pablo@hispanidad.com