Un Papa no está para caernos simpático a los católicos. En tal caso, serían los católicos los que tendríamos que caerle simpáticos al Papa.

Apoyemos a Francisco aunque no nos caiga simpático. De entrada, porque no estamos en la era final pero sí al final de una era.

La Iglesia jerárquica actual parece un caos, y en parte lo es, pero no por Francisco, sino a pesar de Francisco, cuyo pontificado puede resumirse así: salvar lo salvable

Pero les digo más. Francisco se ha convertido en la barrera frente al Anticristo, que ya parece operativo a la vista de lo que está ocurriendo… sea persona, idea o ambas cosas a la vez. 

No se me arremolinen ante la cita del Anticristo, una figura repetida en el Antiguo y en el Nuevo Testamento. Figura que no es ajena al lenguaje de Francisco, cuando advierte a aquellos invitados que él considera pueden entenderle, que "el demonio anda suelto en el Vaticano". No en el mundo, sino en el Vaticano, aunque me temo que piensa en ambos.

La lógica de las cosas asegura que el demonio se materializará. Lo de Tolkien y Sauron no era una tontería

Y más: la Iglesia jerárquica actual parece un caos, y en parte lo es, pero no por Francisco, sino a pesar de Francisco, cuyo pontificado puede resumirse así: salvar lo salvable.

Y sí estamos, no al final del mundo, pero sí al final de una era -la frase no es mía, es de Francisco- la lógica de las cosas asegura que el demonio se materializará.

El Anticristo quiere ser el forjador de una nueva humanidad (o sea, que será un pedante). Por ejemplo, juntando hombres y animales o con fórmulas de manipulación genética 

Lo de Tolkien y su personaje literario, Sauron, no es una tontería. También porque el Anticristo quiere ser el forjador de una nueva humanidad (o sea, que será un pedante de mucho cuidado). Por ejemplo, juntando hombres y animales o con fórmulas de manipulación genética consideradas hoy un gran avance.

Y el gran prodigio del Anticristo, así anunciado por los místicos durante toda la era moderna, consistirá en detener las guerras para asombro de la humanidad. Será el gran pacificador. Pero recuerden: no hay paz sin justicia, no hay justicia sin perdón.

El gran prodigio del Anticristo será parar las guerras en el mundo. Será el gran pacificador

Así que, nos caiga simpático o no, apoyemos a Francisco. Además, no nos tiene por qué caer simpático. No es su papel ni el cristiano es un admirador del Papa sino su discípulo.