- "Él dijo que había nacido cristiano y moriría cristiano. Le dispararon en la frente mientras lo veíamos mis hijos y yo", afirma otra viuda sobre las masacres de Boko Haram.
- Y así hasta 5.000 mujeres de ese país a las que Boko Haram ha dejado viudas, y atravesadas por traumáticas historias, que recoge Ayuda a la Iglesia Necesitada.
- Los islamistas de Boko Haram ha asesinado a más de 20.000 personas. muchas de ellas por cristofobia.
"Los terroristas de
Boko Haram entraron una mañana en mi casa en Maiduguri y robaron todo. A mi marido le ataron porque no quería aprender árabe.
Y cuando se negó a convertirse al islam le cortaron la cabeza delante de mí". Pero sucedió algo que Esther describe como increíble: "De la herida de mi marido no brotó ni una gota de sangre".
Para ella fue Dios quien lo quiso así, y por Él murió en paz. Viuda y con 11 hijos por cuidar, Esther cuenta la historia que ha cambiado su vida para siempre,
una historia que sigue viviendo gracias a su fe en Jesucristo, informa
Ayuda a la Iglesia Necesitada.
A su lado está Rose.
Ella también perdió a su marido porque no quiso apostatar de su fe ante los soldados de
Boko Haram. "Él dijo que había nacido cristiano y moriría cristiano. Le dispararon en la frente mientras lo veíamos
mis hijos y yo".
"Mi marido era obrero de la construcción y estaba trabajando en una obra cuando los milicianos de Boko Haram rodearon a todos los que estaban allí, y los mataron a tiros". Invadida por el dolor y sin poder controlar las lágrimas que destiñen su vestido tradicional, Agnes recuerda que no pudo enterrar a su marido. "Los
terroristas no permitieron que nadie acudiera para recuperar los cadáveres, por eso no fue posible enterrarlos, y no se celebró ningún funeral. Dejaron que los cuerpos se pudrieran ahí mismo". Ahora tiene 40 años, es viuda y madre de nueve hijos.
Rose, Esther, Agnes, Catarina, Elena, Justina, Julieta, Hanna…y así hasta 5.000 son las mujeres de ese país a las que Boko Haram ha dejado viudas, y atravesadas por traumáticas historias. Sus hijos también son víctimas de estos acontecimientos, han quedado huérfanos de padre.
Detrás de cada número hay un rostro, y aunque estas mujeres parezcan estar en paz, sus corazones están llenos de dolor. La mayoría de ellas no quiere volver a casarse porque todavía se sienten estrechamente ligadas a sus maridos, asesinados en terribles circunstancias.
Muchas siguen llorándolos como desaparecidos porque nunca encontraron sus cuerpos. Así permanece una herida abierta que difícilmente puede cicatrizar. Sin embargo, hay 5.000 vidas que no han llegado a su fin, porque el amor de Jesucristo y la fe en Él, son capaces de hacer
que estas viudas sigan adelante con esperanza.
Dios también se hace presente a través de la Iglesia. Gracias a esta, las viudas de Nigeria no están solas. Después de sobrevivir a semejantes acontecimientos, reciben formación para que puedan hacerse cargo de sus necesidades básicas.
El obispo Oliver ha creado la Asociación de Viudas de Santa Judit con el objetivo de adaptar mejor la ayuda a las circunstancias particulares de cada viuda necesitada.
Todo esto forma parte de un proyecto que además se ocupa de las tasas escolares y la comida tanto de los huérfanos de padre y madre, como de los que son huérfanos solo de padre. Mons.
Oliver ha resaltado que "principalmente los niños que viven en la parte oriental de la diócesis se benefician de esta ayuda, pues son los más afectados y los más pobres".
La Diócesis católica de Maiduguri está ubicada en el noreste de Nigeria, que no solo es el lugar de origen de Boko Haram, sino también el más afectado por sus atrocidades. Los tres estados nororientales de
Borno, Yobe y Adamawa están en el centro mismo de la actuación de Boko Haram.
La Diócesis católica de Maiduguri abarca el 83% del territorio de esos tres estados nigerianos. Desde 2009, más de 200 iglesias y filiales, numerosas casas parroquiales, 25 escuelas, 3 hospitales, 3 conventos e innumerables tiendas, casas particulares de laicos y oficinas han sido destruidos en este territorio.
Según los datos recogidos por la Fundación Pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada durante su reciente viaje a la zona afectada,
Boko Haram ha asesinado a más de 20.000 personas; 26 millones de personas han sufrido de forma directa por el conflicto y 2,3 millones de niños y jóvenes se han visto privados de acceso a la educación.
Aún sentadas junto a nosotros, las viudas de Maiduguri, nos aseguran que aunque echan de menos a sus maridos
y su vida es austera, ahora es mejor que antes. Y repiten: "si Dios ha querido que esto sucediera, que se haga Su voluntad".
José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com