Florentino Pérez y Zinedine Zidane se han cargado el madridismo
El Real Madrid es campeón de la Liga del coronavirus tras vencer al Villarreal por 2 a 1 en partido celebrado la noche del jueves en Madrid.
Es entonces, cuando ese gran hombre, Zinedine Zidane, de origen musulmán, de nacionalidad francesa, exhala una de sus frases más intelectuales y profundas: “Lo que consiguieron los jugadores después de más de dos meses en casa es la hostia”.
¿Por qué tiene que venir este gabacho, de origen musulmán, a ofenderme a mí, católico español?
La única “hostia” que existe, ¡oh grandísimo majadero!, lo sepas o no, es la forma consagrada, Cristo sacramentado, es decir el gran regalo de Dios a la humanidad. Por tanto, que el entrenador de un club presuntamente señor, como es el Real Madrid, se exprese en esos términos tras ganar una Liga, y aunque pocos se escandalicen por ello en una sociedad abotargada como la actual, no es una cuestión baladí, es un asunto gravísimo que revela, mejor que cualquier análisis sociológico, la actual decadencia del Real Madrid que corre pareja a la decadencia española.
En Román paladino: ¿por qué tiene que venir este majadero gabacho, de origen musulmán, a ofenderme a mí, católico español? ¿Y por qué no le para los pies el insigne Florentino Pérez -¡Oh capitán mi capitán! a quien nada parece importar salvo su ego. El triunfo del Real Madrid en esa liga queda marcado por una irreverencia que, no por habitual, resulta menos blasfema.
Y todo esto no es ajeno a la actual situación del club: estoy convencido de que Florentino se ha cargado el madridismo, aquel espíritu humilde por el que un chaval de Vallecas se mataba en cuanto le enfundaban la camisola blanca. Ahora mismo, siento decirlo porque supone alabar la deriva indepe del club catalán, pero el Barça de Messi resulta más madridista que el Madrid de Florentino.
Hoy resulta más madridista el Barça de Messi que el Madrid de Florentino
Sí es verdad que también el Barça flojea en valores. Su actitud de ayer ante el Osasuna, es propia de quienes no saben perder y, por tanto, no deberían ganar. El Barça de Messi se comportó ayer, no como el de los chavales de la Masía sino como el Madrid de Florentino.
Sería bueno que el Madrid renunciara a los tópicos -tópico, por ejemplo de ver a Marcelo ejercer la patochada del “Black Lives Matter”- y volviera a recuperar la dignidad que sólo otorgan la humildad y el esfuerzo.
En cualquier caso, el Madrid es campeón de Liga sin convencer, ganando por la mínima y de penalti, sin un asomo de modestia… como siempre desde que Florentino Pérez se cargó el madridismo. Y su hijo adoptivo sólo podría ser Zizú: Dios los cría…
Y la blasfemia, que se las guarde para su dios, si es que tiene alguno. Los demás no tenemos por qué aguantarle.
Mucho me temo que el madridismo sólo renacerá cuando Florentino abandone el Madrid. Mientras tanto seguirá el mundo de la mediocridad y, lo que es peor, de la medianía moral. Sí, hay que decir esto justamente ahora, cuando acaba de ganar la Liga.