Al final, los que más sufrirán los recortes del Gobierno a las eléctricas serán los pequeños accionistas
Sorprende que fuera con un gobierno de derechas, el de Mariano Rajoy con el finiquitado ministro de Energía, José Manuel Soria, quien se lo pusiera difícil a las compañías eléctricas mientras la ecologista talibana del PSOE, Teresa Ribera, haya provocado un subidón en bolsa de las tres principales eléctricas: Naturgy, Endesa e Iberdrola. Es cierto que la ley maestra del PSOE aún no sabemos en qué consistirá pero, por ahora, con la izquierda, las eléctricas ganan más dinero que con la derecha. Al menos, aumentan su capitalización bursátil en el peor año de la bolsa (2018).
El Ibex 35 cayó un 15% durante 2018. Los tres valores que mejor aguantaron el tirón fueron las tres eléctricas. Naturgy subió un 14%, Endesa 12% e Iberdrola un 7%.
En el entretanto, la banca sufría un varapalo a lo largo del ejercicio de un 18%. La teoría -falsa- asegura que con los gobiernos socialistas a la banca le va mal y a las eléctricas, bien; pero conste que esto poco tiene que ver con un gobierno como el de Sánchez, convertido en un talibán del cambio climático.
De hecho, los tres mejores valores del Ibex 35 durante 2018 fueron las tres eléctricas; el peor sector, la banca: ¿no debería ser al revés?
En resumen, si alguien hizo una reforma del sector energético dura con las tres grandes compañías eléctricas, fue el derechista y ministro quemado por tener una cuenta corriente donde no debiera, José Manuel Soria, mientras que ahora con la eco-talibana Teresa Ribera, las eléctricas se distancian de todo el Ibex 35 y encabezan la lista de subidas en capitalización.
Podría decirse que esto tiene algo que ver con el hecho de que Ribera todavía no haya destapado el tarro de las esencias, su famosa reforma para primeros de este año, en el que ya estamos. Pero con todo lo que ha amenazado, apuntado, uno diría que Ignacio Galán, Borja Prado y Francisco Reynés deberían andar preocupados y no brindando con cava por el ejercicio vencido. A lo peor es que les gusta quejarse.
Por cierto, el adiós a las minas de carbón fue el pasado 31 de diciembre de 2018.