Facebook ya no es lo que era; Instagram tampoco pero, aprovechando que no es tarde, decide huir para evitar caer junto a la creación de Zuckerberg. Y es que la publicidad ha contaminado a las redes sociales -así como a los buscadores-, hecho que molesta al usuario. Y cuando el usuario es el producto, un gran peso del destino de la compañía reside en él, lo que puede llevar a situaciones imprevisibles.

Hubo un tiempo en el que uno se creaba una cuenta para estar en contacto con amigos o familiares, sin anuncios de por medio. La situación ha cambiado y ahora los clientes -el producto- no están contentos. Según Bloomberg, el 98% de los ingresos de Facebook en 2017 -de alrededor de la friolera de 40 billones de dólares- vienen de la publicidad. Era de esperar que Zuckerberg presionara a Kevin Systrom y Mike Krieger -fundadores de Instagram que, al igual que hizo Whatsapp tiempo atrás, publicaron la noticia del fin de su acuerdo con Facebook- para implementar anuncios en su plataforma.

Por cada cuenta, Facebook gana 19,05 dólares.

Hay que recordar que la información de los usuarios tiene su valor; otra de las herramientas con las que juega Facebook. De hecho, según Bloomberg, gracias a cada cuenta, la red social viene a ganar 19,05 dólares. Por lo tanto, comprar Instagram supuso un pequeño alivio al saber que no había perdido aún a los jóvenes, quienes pasan más tiempo compartiendo fotos que escribiendo para Facebook. No obstante, Instagram también se benefició con la unión, ya que pasó de ser una empresa con 13 empleados, a una de 700.

Sin embargo, Zuckerberg tiene que hacer un esfuerzo para subir la cuesta que está suponiendo estos dos últimos años. Tuvo que sentarse frente a los tribunales y, desde entonces, rara es la semana en la que no se publican titulares sobre su empresa: dimisiones, hackeos, bloqueos en masa…

Sí, Facebook ya no es lo que era, ni Instagram, ni Google y así, suma y sigue. Porque la excesiva publicidad en estas redes y buscadores ha conseguido desvirtuar sus identidades. Y así, Zuckerberg, no se llega a ninguna parte... o tal vez sí, pero sin Whatsapp, Instagram o incluso sin usuarios con los que hacer dinero.

Es saturación publicitaria... y es codicia.