- Julian Assange, fundador de Wikileaks, es el último en denunciarlo y ofrece razones de peso.
- En su opinión, la esterilidad europea se debe a la suma de capitalismo, ateísmo y feminismo en el Viejo Continente.
- Y como consecuencia de la elevada esterilidad europea, aparece otro fenómeno: la migración.
- Los inmigrantes, más pobres, tienen más hijos.
- Esta permitió que la UE tuviera 512 millones de habitantes el pasado enero, un millón y medio más que hace un año.
- Y ojo, muchos líderes europeos (Merkel, Macron, May, Gentiloni, Löfven y Rutte) no tienen hijos.
Vivimos en una
Europa estéril, pues se tienen 1,6 hijos por mujer, lejos de la tasa de reemplazo generacional (2,1 hijos). Un contexto en el que España está aún mucho peor, pues la tasa de fecundidad es de 1,33 hijos, e inmersa en el envejecimiento porque mueren más personas de las que nacen.
Julian Assange, el fundador de Wikileaks, ha sido el último en denunciar la citada "esterilidad" europea y además de las cifras de la tasa de fecundidad, ha dado las razones que la han provocado en
Twitter. En su opinión, es el resultado de la suma de
capitalismo,
ateísmo y
feminismo en el Viejo Continente.
Y dada la elevada esterilidad europea, aparece otro fenómeno: la
migración. De hecho, esta permitió que la Unión Europea (
UE) alcanzara cerca de
512 millones de habitantes el pasado enero, un millón y medio más que un año antes. Eso sí, el aumento se debió a la migración, pues Eurostat registró tantos nacimientos como fallecimientos de ciudadanos comunitarios (5,1 millones).
Asimismo, en este tema no se puede obviar que el
retraso de la maternidad para después de los 30 es una constante en la UE. Por ejemplo, las
españolas (a los 32 años de media) junto a las
italianas son las que más tarde tienen a su primer hijo; seguidas de las mujeres de
Liechtenstein (31,7),
Alemania (30,8), Austria (30,3) o Bélgica y Francia (ambas con 30,2). La incorporación al mundo laboral, los estudios, la crisis económica o el descenso de los matrimonios son algunas de las razones.
Y ojo, tampoco podemos olvidar que un buen número de
líderes europeos, entre ellos, los principales, no tienen hijos biológicos. En este grupo encontramos a la canciller alemana,
Angela Merkel; al presidente francés,
Emmanuel Macron; a la
premier británica,
Theresa May; al primer ministro italiano,
Paolo Gentiloni; al sueco,
Stefan Löfven o al holandés,
Mark Rutte.
Cristina Martín
cristina@hispanidad.com