- El Santander cuenta con 100 millones de clientes en países, que suman 1.000 millones de habitantes.
- Toda una demostración de potencia, aunque ahí se suman los ciudadanos de Estados Unidos.
- Botín ha defendido a los bancos locales pero les condena a un ROE de no más del 5%.
- Además, las progresivas exigencias de capital expulsan a los pequeños de muchos segmentos de negocio.
- La presidenta del Santander se muestra optimista ante los ataques de la banca en la sombra.
- Quizás porque son los fondos quienes controlan el Santander.
Lo dijo el gobernador del Banco de Inglaterra y presidente del Consejo de Estabilidad Financiera,
Mark Carney: desde 2008,
cuando se fecha el comienzo de la crisis financiera, el sistema bancario mundial ha multiplicado por 10 su capital. Nada menos. La cifra exigiría matices,
por cuanto ha cambiado la regulación (siempre para aumentar el capital y no siempre se ha cumplido) pero es válida.
¿Qué quiere decir esto? Pues que vamos hacia un
oligopolio bancario mundial, los famosos 30 grandes grupos que no pueden caer. Sí que pueden caer. Lo que quiere decir el poder es que, si caen, serán salvados con dinero público. Entre esos 30, sólo figura un español, precisamente el Santander (el BBVA acaba de salir).
Y es ahí donde surge
Ana Botín (
en la imagen),
con un discurso pronunciado la mañana del jueves 26 en la VII Conferencia Internacional de Banca. Tras recordar que el
Santander tiene 100 millones de clientes en países que suman 1.000 millones de habitantes (aunque ahí se introducen los 325 millones de norteamericanos donde el Santander no es muy fuerte).
Sin embargo,
Ana Botín ha defendido a la banca pequeña, poniendo como ejemplo a los bancos locales norteamericanos.
Ha hablado de un futuro de monstruos financieros acompañados de entidades locales. No está mal. El problema es que las continuas exigencias de capital para según qué negocios expulsan a los bancos pequeños de esos negocios y les obligan a unos
gastos burocráticos imposibles. Es más, la propia Botín les somete a un 5% de ROE, no más.
En cualquier caso,
Ana Botín, presidenta de uno de los
bancos grandes, los 30 de la fama, defiende a la banca pequeña y, atención,
a la banca en la sombra. Optimista. La presidente del Santander asegura que los nuevos operadores hacen cosas que los bancos hacen, pero otras no pueden hacerlas. Es decir, depósitos. Será porque
el Santander está controlado (como casi todos los grandes bancos) por esa
banca en la sombra y por los fondos de inversión, pero lo cierto es que a los fondos no les interesa nada, lo que se dice nada, la banca local.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com