- La junta extraordinaria entierra la vieja Abengoa, con el único fleco de la fusión de las acciones, que se disparan en bolsa.
- Y nace la nueva Abengoa, con otro organigrama, en el que sólo sobrevive el Ceo, rebajado a director general.
- Para el canje de títulos ha faltado el quórum del 25% necesario en las acciones B (sólo el 11,4%).
- Hay relevo en la Dirección Financiera y arranca la nueva dirección de Estrategia y Reestructuración.
- La participación de los Benjumea queda en el 2,5% de los derechos políticos.
Abengoa mira ya hacia delante con nuevo equipo y el visto bueno de los accionistas, reunidos en la mañana de este martes en Sevilla, a las propuestas contenidas en el
plan de reestructuración, salvo la fusión en una de las
acciones A y B, por la falta del
quórum necesario en las segundas: más del 25% del capital social con
derecho a voto. Así lo ha
comunicado a la CNMV la propia Abengoa.
Sin ese quórum, no ha sido posible someter a
votación la propuesta, que tendrá que esperar a otra junta. Esa posibilidad ya estaba prevista en el
plan de salvación y no es óbice para que los planes sigan adelante. El quórum de las acciones A, en concreto, ha sido del 63%, mientras que el de las acciones B era muy inferior, un 11,4%. El efecto en bolsa ha sido notable, con las dos disparadas, sobre todo las B (más casi el 8%; las A, casi el 7%).
Dicho de otro modo y muy rápido: queda
enterrada la
vieja Abengoa, se cierra el capítulo a más de un año de crisis -incluido el riesgo de quiebra- y nace la
nueva Abengoa, más pequeña en todos los sentidos: en la cúpula directiva, en tamaño y con una
estructura societaria radicalmente distinta.
Nuevos aires y también nuevo
equipo directivo, ajustado al nuevo escenario de la empresa. La junta ha ratificado así a
Gonzalo Urquijo,
el hombre elegido por la banca, como presidente del grupo y en la primera reunión del primer Consejo de Administración ya está prevista la creación de otro
organigrama, más ajustado al proceso de transformación que seguirá la compañía,
reducida a una ingeniería, como ya les informamos.
Del equipo actual, permanece el consejero delegado,
Joaquín Fernández de Piérola, pero rebajado a director general, mientras que el hasta ahora presidente,
Antonio Fornieles, abandona el cargo sin indemnización.
Y aparte de esas salidas, más cambios:
Víctor Pastor, procedente de FCC, sustituye al director financiero,
Jesús García-Quílez y se crea el cargo de director de Estrategia y Reestructuración, con
David Jiménez-Blanco -procedente de la misma función en
Dufry-. Los tres formarán parte del nuevo
comité ejecutivo, al que se incorporaran, además,
Álvaro Polo, actual director de Recursos Humanos, y
Daniel Alaminos, secretario del consejo.
La participación de la
familia Benjumea, que controlaba hasta ahora el 51% -a través de
Inversión Corporativa-, queda, según lo previsto, en el 2,5% de los derechos políticos y el 0,6% de los derechos económicos, una participación, en cualquier caso, que
no le servirá de nada.
La salida de
Antonio Fornieles no es la única sonada. Añadan las del resto del Consejo de Administración, el mismo que
cobró 32 millones de euros con la empresa en quiebra. Entre ellos, destacan el socialista
José Borrell Fontelles, que ha frustrado en carrera política en el empeño, y
Ricardo Martínez Rico, ex secretario de Estado de Presupuestos y presidente de la consultora
Equipo Económico, fundada en 2006 por el ministro
Cristóbal Montoro.
Nuevo Consejo de Administración
El Consejo de Administración se reduce, como estaba previsto, de diez a siete miembros y aparte de Urquijo, los otros consejeros, de carácter independiente,
son Javier Targhetta (presidente de Atlantic Copper),
José Luis del Valle (presidente de Lar España),
Manuel Castro (fundador de GRC),
Ramón Sotomayor Jáuregui (Ceo de Thyssenkrupp);
José Wahnon Levy (consejero en Ezentis y Dexia Sabadell) y
Pilar Cavero Mestre (socia de honor del despacho Cuatrecasas).
Rafael Esparza