• El fabricante recorta 1.100 empleos en el norte del país y traslada la producción al sur, con sueldos más bajos.
  • Tras la venta de Opel se aleja de los grandes, Volkswagen y Toyota, para ser más rentable pero menos global.
  • GM, rescatada durante la crisis, hace sus cuentas, con un ojo puesto Trump, que pide la repatriación de la industria.
  • En enero anunció la creación de 1.500 empleos en EEUU, pero en diciembre despidió a 1.300 en Detroit.
General Motors (GM) no juega al despiste sino que maneja sus propias cuentas y sus propios tiempos. Por eso ha anunciado el despido de 1.100 trabajadores de una planta en el norte del país -en Míchigan, en concreto-, al tiempo que aumenta sus inversiones en el sur -en Tennesse, en concreto-, lo cual no deja de ser paradójico a la luz del mensaje del presidente Trump sobre el regreso a su sueldo de la industria americana. La razón, en esencia, es la misma, aunque dentro de las fronteras americanas. General Motors prefiere el sur porque la mano de obra es más barata que en el norte (con más presencia de los sindicatos, además). Y al mismo tiempo, avanza en su saneamiento, después de ser rescatada durante la crisis. El motivo es el mismo por el que la industria americana se deslocalizó para producir con menos costes en México, China o tantos países. Trump pretende ahora que esas industrias vuelvan dentro de su promesa de repatriar empleos. Ojo, porque los despidos anunciados por General Motors siguen la misma línea de otras veces. De hecho, anunció en enero unas inversiones en EEUU de 1.000 millones en las fábricas americanas, con la creación de 1.500 empleos, pero un mes antes despidió a 1.300 trabajadores de la planta de Detroit-Hamtramck. El movimiento, ahora, es del norte (planta Lansing Delta Township), al sur (fábrica de Spring Hill), que coge el testigo de la producción de los vehículos 4x4 modelo Acadia de la marca GMC. El anuncio de General Motors llega al día siguiente de la venta de Opel a PSA (Peugeot-Citröen). Pero la venta de su filial europea es la prueba del algodón de otra realidad: la debilidad del gigante de Detroit, cada vez más alejado del pódium mundial de los grandes del automóvil, Volkswagen y Toyota. GM, de hecho, vende Opel porque ha sido uno de los dolores de muelas (15.000 millones de pérdidas en 16 años), pero dejará de contabilidad la venta de 1,2 millones de vehículos. Se ha sabido ahora que intentó vender Opel a Volkswagen, sin éxito, en 2012. En definitiva, General Motors será más rentable ahora, pero menos global. O lo que es lo mismo, centrado en el espacio geográfico en el que mejor le va. Rafael Esparza