En lo que va de año (ver cuadro), la acción de los dos grandes bancos españoles, Santander y BBVA, anteayer estrellas del mercado bursátil, han perdido en bolsa más que en ningún otro valor, con la excepción de Repsol. En tres anualidades, el asunto es peor: ahí Repsol recupera mientras se hunden Santander y BBVA, más que Repsol o Telefónica.

Repsol ha caído un 43,5 % en tres años, por un 52,5% en lo que va de ejercicio. Si algo ha sufrido con el coronavirus ha sido el petróleo.

Por su parte, Telefónica con una caída del 56,5% en los tres últimos años, ha logrado enderezar algo su cotización en 2020, donde ha reducido la caída hasta el 46,8%.

Banca, energía y telecos, antaño estrellas del mercado, juegan ahora a dividendo. Y la que no puede, se queda atrás

Inditex, la empresa más capitalizada de España, cae un 20% durante los últimos tres años y un 25% desde que se inició 2020.

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Y lo que no marca duda es que la política de tipos bajos ha terminado con el negocio bancario. Lo que peor va en bolsa es la banca, con la tremenda caída de los dos grandes bancos europeos que, además, por comparación, no lo olvidemos, figuran entre los más solventes y rentables de Europa. Así, como suena.

Pero el mercado nunca lo justifica todo: durante los últimos tres años de desastre bursátil, Iberdrola se ha revalorizado un 76% por un 15% en lo que va de año.

Pero el mercado nunca lo justifica todo: durante los últimos tres años de desastre bursátil, Iberdrola se ha revalorizado un 76%

El vuelco que ha dado el mercado bursátil es increíble. Y esto, en poquísimo tiempo: banca, energía y telecos, antaño estrellas del mercado, juegan ahora a dividendo. Y la que no puede ofrecer rentabilidad por dividendo se queda atrás. Es más, las ampliaciones de capital puras y duras ya no constituyen la clave financiera de las grandes empresas. Si la bolsa está en caída libre, las empresas no practican las clásicas ampliaciones de capital y acuden a renta fija que en buena parte colocan gracias a la manguera de dinero del Banco Central Europeo (BCE).

Por decirlo de algún modo, las grandes empresas viven en estado de excepcionalidad al tiempo que, el mercado bursátil ha sido puesto en solfa. Puede satisfacer el mercado laboral.