- Es una de las medidas que la formación morada incluyó en su programa, en las elecciones autonómicas de 2015.
- La escuela concertada tampoco escapa a la persecución de Podemos.
- Eso sí, de momento la prioridad son los sobresueldos para altos cargos.
Mucho se está hablando del
acuerdo entre Emiliano García-Page y Podemos, gracias al cual el dirigente socialista se asegura la aprobación de los Presupuestos de 2017, y no vamos a entrar en la discusión de si es un pacto extrapolable al resto de España o no. Ni siquiera en Podemos se ponen de acuerdo, no ya sobre su "exportación", sino sobre el pacto en sí.
Por ejemplo,
Teresa Rodríguez -corriente Anticapitalista de Podemos- rechaza sin miramientos el acuerdo, y
Pablo Echenique, secretario de Organización del partido, espera que Sánchez e Iglesias lo repliquen en el resto de España, "en un futuro próximo". La cosa está así de dividida.
Lo cierto es que, replicable o no, el nuevo Gobierno de Castilla-La Mancha, con
José García Molina e
Inmaculada Herranz como vicepresidente segundo y consejera del Plan de Garantías Ciudadanas respectivamente, va a servir de escaparate al resto de los ciudadanos de nuestro país.
El asunto no ha hecho más que empezar y promete emociones fuertes, por ejemplo,
en el terreno religioso, uno de los preferidos de
Pablo Iglesias (y de
Pedro Sánchez). Concretando, el acuerdo en Castilla-La Mancha podría suponer el
cierre de todas las capillas de centros públicos como son los hospitales o las universidades.
"Eliminación de las capillas de cualquier lugar público dependiente del Gobierno Autonómico, ya sea escolar, universitario, sanitario, servicios sociales, centro penitenciario, juzgados, etcétera", proponía Podemos en el
programa electoral que defendió en las elecciones autonómicas de 2015. Y no ha cambiado de parecer.
La
escuela concertada tampoco escapa a la persecución de Podemos. Aunque no solicita directamente que se cierren los colegios concertados, el partido morado
aboga por dar prioridad presupuestaria a la escuela pública lo que, traducido, significa estrangular económicamente a la concertada hasta que desaparezca completamente del mapa.
También lo llevaba en su programa de 2015. ¿Habrá llegado el momento de poner en práctica esas medidas tan progresistas? ¿Se encontrarán con un 'no' rotundo de García-Page? Esto último es poco probable si tenemos en cuenta la firmeza del presidente castellano-manchego, que en su día se enfrentó a Pedro Sánchez por su acercamiento a Podemos. Si no le gustan mis principios, no se preocupe, aquí tengo otros.
En cualquier caso, ha quedado de manifiesto que las prioridades de ambas formaciones van por otros derroteros igual de
progresistas: asegurar un sobresueldo para los altos cargos.
La cosa marcha.
Andrés Velázquez
andres@hispanidad.com