2019 no ha sido un buen año para Daimler, que ha tenido que hacer nada menos que tres profit warnings, como se puede constatar en los resultados publicados este martes. Y la reacción no se ha hecho esperar: recortará el dividendo un 72%, hasta los 0,9 euros por acción (frente a los 3,25 euros del año anterior correspondientes al ejercicio 2018), suponiendo un reparto de 1.000 millones de euros en lugar de 3.500… Una medida para mantener la liquidez por encima de los 10.000 millones, según los analistas del Banco Sabandell, aunque deberá someterse al visto bueno de los accionistas en la Junta del próximo 1 de abril. Lo más curioso es que el recorte del dividendo no ha tenido repercusión en bolsa en los primeros compases de la sesión, donde la cotización subía un 0,43%, aunque después se ha dado la vuelta y ha cerrado con un descenso del 0,64%. 

El fabricante automovilístico alemán ha obtenido un beneficio neto de 2.377 millones el año pasado, un 66,7% menos, por los costes extraordinarios del caso de manipulación del diésel -más conocido como dieselgate-, un incremento inferior al del primer semestre y superior al presentado en los nueve primeros meses. El resultado operativo ha sido de 4.329 millones (-61%), inferior a los 5.600 millones que se avanzaron el pasado 22 de enero y que no incluía los costes de los procesos judiciales del diéselgate.

El beneficio neto ha sido de 2.377 millones, mientras la facturación ha ascendido a 172.745 millones pese a menores ventas (-0,2%)

La facturación ha ascendido a 172.745 millones (+3%), a pesar de que las ventas mundiales han descendido un 0,2%, hasta 3,34 millones de unidades. Por divisiones, Mercedes-Benz ha tenido un resultado operativo de 3.359 millones (-53%) y una menor rentabilidad sobre ventas -del 3,6% frente al 7,8% de hace un año-; le sigue camiones, con 2.463 millones (-11%); movilidad, con 2.140 millones (+55%); autobuses, con 283 millones (+7%) y la de furgonetas -Mercedes-Benz Vans-, con unas pérdidas de 3.085 millones y una rentabilidad muy negativa (-20,8%).

El fabricante automovilístico alemán que preside Ola Källenius quiere ahorrar 1.400 millones en costes de personal hasta 2022, pero prevé que el recorte de 10.000 empleos anunciado hace meses (y que podría ser de hasta 15.000, según el diario económico germano Handelsblatt) tenga un impacto negativo en los resultados de 2020. Además, estima que las ventas serán ligeramente inferiores a las de 2019, pero la facturación se mantendrá estable.

Por divisiones, Mercedes-Benz ha tenido el mejor resultado operativo, pero ha sido de 3.359 millones (-53%), frente a las pérdidas de 3.085 millones en Mercedes-Benz Vans -furgonetas-

De cara al futuro de Daimler, Källenius ha asegurado que está en una movilidad neutral en emisiones de dióxido de carbono (CO2) y en la digitalización. Y no hay que olvidar que el grupo es cada día más chino y menos alemán: Li Shufu, CEO del fabricante chino Geely que es dueño de Volvo, tiene el 9,69% y la empresa estatal china de automoción Beijing Automobile Group Co (BAIC) posee un 5% pero podría subir al 10%.