Solaria ha sacado tajada del impulso ‘verde’, pues ha elevado su beneficio neto (+27%), ingresos (+54%) y Ebitda (+56%) en 2020. Un año en el que logró debutar en el Ibex 35, concretamente, desde el 19 de octubre, y su acción ha subido un 29% desde ese momento, además ya vale 24 euros, casi cinco veces más que hace dos años (5,09 euros).

Esta empresa dedicada a la energía solar fotovoltaica ha ganado 30,4 millones de euros el año pasado, superando los 23,9 millones de 2019 y los 25 millones que preveía el consenso de analistas. Por su parte, el Ebitda ha ascendido a 49,06 millones y los ingresos se han situado en 53.266 millones (+54%). Aunque su deuda financiera (incluye obligaciones y bonos, derivados, la normativa contable IFRS16 y la deuda con entidades de crédito) también ha aumentado por el mayor número de proyectos, y por tanto, al crecimiento: ha pasado de 353,093 millones a 424,11 millones.

Este lunes, Solaria también ha presentado una actualización de su plan estratégico. Dado que el pasado diciembre, la Unión Europea aprobó elevar del 40% al 55% la reducción de emisiones para 2030, Solaria tiene una oportunidad excepcional y única: de hecho, aspira a consolidarse “como líder europeo en generación de energía solar fotovoltaica”, en palabras de su presidente, Enrique Díaz-Tejeiro. Su familia controla el 39,96% del capital a través de DTL Corporación y le sigue el fondo de inversión BlackRock, con el 8,049%; la plataforma de fondos Ishares (6,488%) y la gestora de fondos Invesco (6,024%).

Recientemente, se ha hecho con 180 megavatios (MW) en la primera subasta de renovables de la ‘era Ribera’, ya cuenta con 1.030 MW en operación y construcción, y empezará a construir en Trillo el que será el mayor complejo fotovoltaico de Europa, con 626 MW en el segundo trimestre. Así, espera llegar al objetivo de cerrar el año con 2.150 MW (o lo que es lo mismo, 2,15 gigavatios -GW-), alcanzar los 6,2 GW en 2025 y los 18 GW en 2030.