- El gigante químico y farmacéutico alemán, gran productor de abortivos, estudia lanzar una oferta por Monsanto, el líder en transgénicos.
- Una gran operación que los analistas del Sabadell ven negativa: el ratio de deuda subiría a 4,2 veces el Ebitda.
- También podría haber una contraoferta de algún rival: Monsanto también llamó a la puerta de Basf.
- Además, habría potenciales problemas regulatorios: la nueva empresa tendría el 35% de la cuota mundial.
- Mientras, Monsanto está bajo sospecha: la OMS dice que el glifosato puede causar cáncer y la UE estudia si lo permite su uso como herbicida.
A la vista de las noticias sobre el último movimiento corporativo de Bayer, parece que a la empresa que preside Marijn Dekkers le gusta jugar con el ADN. Pero no sólo para modificarlo (como hace por ejemplo, en farmacia o en biotecnología de plantas) sino también para destruirlo (ya conocen el chollo de su negocio abortivo, que últimamente parece que se agota). El gigante químico y farmacéutico alemán, gran fabricante de abortivos, estudia lanzar una oferta por Monsanto, la multinacional estadounidense líder en transgénicos. ¿El motivo? Quiere impulsar su negocio de Cropscience, es decir, al dedicado a protección de cultivos, control de plagas, así como a tecnología de semillas y biotecnología de plantas; el cual supone el 23% de su beneficio operativo. De producirse finalmente la compra, los analistas del Sabadell han señalado que la división de Cropscience se convertiría en la más importante de Bayer, llegando a suponer cerca del 54% del Ebitda. Además, se trataría de una gran operación, pues Monsanto tiene una capitalización de 38.000 millones de euros, que representa casi la mitad de lo que vale Bayer en bolsa. Claro que los analistas del Sabadell no consideran positiva la operación por varios motivos. El primero es que elevaría el ratio de deuda de la compañía alemana hasta 4,2 veces el Ebitda, casi el triple del actual (1,5 veces). También podría haber contraoferta de algún rival, pues Monsanto también llamó a la puerta de Basf, otra química alemana. Además, habría potenciales problemas regulatorios, ya que la nueva empresa tendría el 35% de la cuota mundial. En el entretanto, conviene subrayar que Monsanto está bajo sospecha. Y es que uno de los desarrollos del productor de semillas y productos de protección de las cosechas, el glifosato, ha sido incluido en la lista de productos que "probablemente" causan cáncer por la OMS. Por esta razón, la UE estudia si permite o no su uso como herbicida. Cristina Martín cristina@hispanidad.com