• Es decir, a las restricciones establecidas en el MoU.
  • ¿Podrá ser entonces, al fin, una entidad privada?
  • Desde el Gobierno insisten: la opción Bankia como banca pública no es una posibilidad.
  • Y Guindos estudia la venta de otro 7% del capital.
  • Sólo un pero a la fusión: la fundación Pinnae (antigua Caixa Penedès, con un 4,7% de BMN) presentará una demanda: la operación perjudica gravemente a los minoritarios, aseguran.

Las juntas extraordinarias de Bankia (Valencia) y BMN (Madrid) han aprobado este jueves la fusión anunciada el pasado mes de marzo por el Gobierno. Nada que no fuera previsible. A partir de ahora se solicitarán las aprobaciones necesarias que se obtendrán no más tarde de diciembre. Después vendrá lo más complicado: la integración de los sistemas informáticos. Si todo va bien, se culminará durante el segundo trimestre de 2018. Será entonces cuando los clientes de BMN podrán entrar en una oficina de Bankia (y viceversa) para realizar cualquier operación. Será entonces, también, cuando el banco analice el cierre o no de oficinas y el ajuste o no de empleados. Todo sucederá en 2018, un año clave, además, porque será el primero en el que la entidad que preside José Ignacio Goirigolzarri (en la imagen, junto a Carlos Egea, presidente de BMN) podrá operar con total normalidad, esto es, sin las restricciones impuestas en el MoU tras el rescate. Hablamos, fundamentalmente, de la posibilidad de Bankia para financiar a promotoras inmobiliarias -justo ahora que el sector comienza a despuntar-, de la posibilidad de dar financiación a largo plazo a grandes empresas que tengan habitualmente acceso a los mercados y, la última, a la opción de abordar fusiones de cualquier tipo, indepedientemente del tamaño de la entidad resultante. Por ejemplo, Goiri podría abordar el 'asalto' al BBVA. Bromas aparte, lo primero que debe abordar Bankia es su privatización. Durante la asamblea de este jueves, algunos accionistas han reclamado una banca pública, esto es, que Bankia siga siendo propiedad del FROB (67%), algo que Goirigolzarri ha calificado de "grave error", si por banca pública se entiende como un instrumento de política económica contracíclico de apoyo al crédito. Porque si la banca pública da créditos a los que son rechazados por la privada, ¿quién paga la cuenta de provisiones? En cualquier caso, desde el Gobierno insisten: la opción Bankia como banca pública no es una posibilidad. En este sentido, el ministro Luis de Guindos señaló hace unos meses que estudiaría la venta de otro 7% de la entidad después del verano. Y ya hemos llegado a ese momento. Sólo un pero a la operación: la fundación Pinnae (antigua Caixa Penedès, que posee un 4,7% de BMN pero sin asiento en el Consejo) ha anunciado que presentará una demanda porque considera que la fusión "perjudica gravemente" a los minoritarios de la entidad. En resumen, 825 millones son pocos, según Pinnae, si tenemos en cuenta que los expertos valoraban BMN entre 1.000 y 1.300 millones de euros. Es más, el FROB anunció que tenía una oferta de 1.300 millones sobre la mesa. Egea ha recordado que, sin embargo, la oferta nunca fue firme y que dependía de ciertos contratos de seguros. Las malas lenguas, no obstante, dudan de que realmente  existiera esa oferta. El FROB lanzó la cifra para fijar el precio de la operación. Pablo Ferrer pablo@hispanidad.com