- El deterioro de Banco Mare Nostrum necesita una solución rápida: por eso la absorberá Bankia.
- Y por eso, Bruselas levantó el veto al Gobierno español (hace meses, como informó Hispanidad), pero el FROB lo anuncia ahora.
- Ni formación de Gobierno ni Gobierno en funciones, hay que empezar ya: el FROB (o sea, Luis de Guindos) tiene prisa.
- Es otro capítulo en las entregas del proceso de concentración bancaria en España, no cerrado aún.
- Y Carlos Egea, presidente de BMN, afronta el final de su carrera profesional. Goirigolzarri será el presidente de la entidad resultante.
La fusión entre
Bankia y
Banco Mare Nostrum (BMN) estaba
cantada desde hace tiempo y tenía ya tenía ya todas las bendiciones de
Bruselas. Otra cosa es que el anuncio de la absorción -se trata de eso- por el FROB, accionista de control, se haya retrasado a la espera del momento oportuno. El fondo de la operación, sin embargo, tiene pocos rodeos: el alarmante deterioro de
BMN. O si lo prefieren, la entidad que preside
Carlos Egea no aguanta y necesita una solución rápida.
Hispanidad ya lo adelantó en abril que
Bruselas ya había autorizado a Goirigolzarri a comerse BMN. Las razones de entonces, a la espera de la formación de un gobierno, son las mismas que ahora, con un
Gobierno en funciones. Y la enjundia de entonces se repite también ahora con los mismos argumentos. A saber, la
limitación a la rescatada Bankia para adquirir activos hasta junio de 2017.
Pero no es la proximidad de ese plazo -aún falta un año- lo que ha acelerado los planes, sino el convencimiento del
FROB y de Bruselas de que BMN no es viable, a pesar del empecinamiento de Carlos Egea en la
salida a bolsa de BMN. Esa posibilidad se ha retrasado y retrasado, simplemente, porque
era imposible sacarla a cotizar. ¿Quién va a comprar algo que no vale para nada? Pero
era uno de los compromisos adquiridos por la entidad cuando fue rescatada con 750 millones, en 2012.
Desde estas consideraciones se comprenden el
hecho relevante del FROB tras la reunión de su Comisión Rectora, ayer miércoles, y la comunicación posterior a los presidentes de sus participadas,
José Ignacio Goirigolzarri y Carlos Egea (
en la imagen). El primer paso será la contratación de
asesores externos.
Se reanuda así el
proceso de concentración bancaria en España, que no se cierra, probablemente, con esta nueva entrega. En el caso de
Bankia-BMN, han jugado a favor también las sinergias, algo que también tiene en cuenta Bruselas para levantar el
veto a Bankia.
Otra cosa es el riesgo que puede correr por una valoración de los activos que absorba el impacto en los accionistas minoritarios.
Ojo, con el horizonte de que BMN debería reembolsar las
ayudas públicas recibidas antes de 2018, aunque no está saneada aún, lo que supondrá notables pérdidas para el FROB. Y Bankia, por su parte, ha recibido más de 22.000 millones de euros de recursos públicos.
Bankia, sumando BMN, tomaría posición en las comunidades en las que tiene poca presencia, como
Levante, Andalucía oriental y Baleares, y la entidad madrileña sería así más
nacional. Vamos, que Bankia aumentaría su balance y su capacidad para
reducir costes en un perímetro más amplio.
La entidad que preside Egea es un producto del matrimonio entre las
cajas de ahorros de Murcia,
Penedés,
Sa Nostra (Baleares) y
Granada.
Otro detalle es el empuje en la operación del ministro de Economía en funciones,
Luis de Guindos,
controller por tanto del FROB y ex consejero de BMN antes desembarcar en el Ejecutivo de
Rajoy. El hecho de que Guindos presidiera, además, la
comisión de auditoría en la caja y que
BMN acabe con problemas es una
marrón con consecuencias incómodas, cuando menos. Guindos es también amigo de Egea, que no ha presumido poco por ello.
Y
Carlos Egea, dicho sea por último, afronta ya
el final de su carrera profesional, pendiente del destino que le pueda dar Goirigolzarri. Pero también porque ha incumplido las
obligaciones contraídas por BMN en diciembre de 2012 cuando el FROB aportó 730 millones. Ni está saneada, ni se ha reducido un 40% el tamaño que la entidad tenía en 2010, ni ha salido a bolsa, objetivos todos ellos a cumplir antes de 2017. Los resultados semestrales -
cuentas escasas y sospechosas- son la última prueba.
Rafael Esparza