Luchar contra el cambio climático es agotador
El grupo Extinction Rebellion se ha hecho fuerte en Madrid, concretamente, frente al Ministerio de Transición Ecológica, en el Paseo de la Castellana, donde se han instalado con tiendas de campaña, al más puro estilo 15-M. Extinction Rebellion podría ser un grupo musical, pero no, es algo mucho más serio: es un movimiento de desobediencia civil nacido en Reino Unido en 2018. “Podíamos elegir entre la extinción y la rebelión, y hemos elegido la rebelión”, ha señalado este martes un joven acampado en TVE.
La conexión en directo para informar sobre la acampada se ha producido alrededor de las 9:30 de la mañana. Unos se desperezaban mientras salían de las tiendas, otros charlaban con un vaso de café en la mano… Mientras, en el asfalto, la hora punta llegaba a su fin. Y entonces, el comentario en directo de la reportera: “Están agotados”. Está claro: luchar contra el calentamiento del planeta deja exhausto a cualquiera. Hemos pasado del 15-M al 8-A. En cualquier caso, a partir del viernes 11, estos jóvenes gladiadores podrán descansar, ya que levantarán el campamento por aquello de ceder el espacio al desfile del día de la Hispanidad.
Unos se desperezaban mientras salían de las tiendas, otros charlaban con un vaso de café en la mano… Mientras, en el asfalto, la hora punta llegaba a su fin. Y entonces, el comentario en directo de la reportera: “Están agotados”
Extinction Rebellion se define a sí mismo como no violento. Provocan el caos circulatorio en las ciudades cortando las calles principales, pero lo hacen de una manera pacífica. El lunes, en Madrid, hicieron una sentada en el puente de Raimundo Fernández Villaverde que pasa por encima de la Castellana. Menos mal que, como “están agotados”, lo hicieron bien entrada la mañana, con la hora punta ya vencida.
¿Qué piden los ‘gretos’ para luchar contra la crisis climática? Según una encuesta realizada a 500 adolescentes de Iberoamérica -donde Unicef cifra en más de 26 millones los niños en riesgo climático-, los jóvenes exigen más impuestos ambientales, que los gobiernos prohíban el uso del plástico y regular la cantidad de residuos. No es lo mismo ir al excusado una vez al día que ir dos o tres: se dispararía el uso de papel higiénico, algo completamente inadmisible en el contexto actual.