• Sí, es el impuesto más difícil de controlar y en el que se da más fraude, pero también es el más justo.
  • A la gente no hay que juzgarla por lo que gana, sino por lo que gasta.
  • El mejor momento para subir el IVA  (y bajar las cuotas sociales, que conste, así como el IRPF, si ello fuera posible) es esta época de baja inflación.
  • Conozco a algunos, no muchos, millonarios austeros. He dicho austero, no avaro.
Operación de la Agencia Tributaria contra el dinero negro -en plata, que no paga IVA y, por lo tanto, tampoco impuesto de sociedades- en pubs, bares de copas y discotecas. Ya saben, lo mejor de cada casa. De hecho, el mayor fraude está en el impuesto más criticado por la izquierda, cuando es el más justo y el mejor de todos. Hay que insistir en que lo que pasa es que el IVA es muy difícil de controlar. Pero no se puede ir a lo fácil en política fiscal sino a lo justo. Lo justo es subir el IVA (la verdad es que no me gusta subir ningún impuesto, pero como hemos engordado al Estado…) y bajar las cuotas sociales. Ya he contado alguna vez aquella anécdota de mis primeros bailables como periodista en un periódico asturiano (La Nueva España). Cuando subía el tabaco, o el impuesto sobre el tabaco, a los plumillas nos enviaban a hacer una encuesta callejera. Siempre había alguien que respondía más o menos así: Pues me parece muy mal que suban el precio del Ducados porque es lo que fumamos los currantes. Yo también fumaba ducados, pero no es el comprador el que debe tasar el impuesto sobre el consumo sino el artículo mismo. Porque el Ducados, ni ninguna otra marca de tabaco representa un artículo de primera necesidad… ni para el rico ni para el pobre. Porque a la gente… no hay que juzgarla por lo que gana, sino por lo que gasta. Conozco a algún, no muchos, millonario austero. ¡He dicho austero, no avaro! Y el mejor momento para subir el IVA  (y bajar las cuotas, que conste, así como el IRPF, si ello fuera posible) es esta poca de baja inflación. Y eso sí: reforzar la lucha contra el fraude con sanciones que realmente asusten al defraudador. Todo ello dentro de un esquema más general donde todo impuesto es malo: supone una confiscación de la propiedad privada por parte del Estado, es decir, de los políticos. Eulogio López eulogio@hispanidad.com