A ver si nos entendemos: la guerra hipotecaria aún no ha alcanzado los niveles previos a la crisis, ni mucho menos. Ahora bien, algunas entidades están tomando decisiones que se encaminan, precisamente, hacia una nueva guerra hipotecaria.

El primero fue el BBVA que redujo el diferencial hasta el 0,89% y, sobre todo, redujo la vinculación para acceder a estas condiciones. Incluso, el banco que preside Francisco González comenzó a otorgar hipotecas por el 100% del importe de la vivienda.

La ofensiva comercial del BBVA ya tiene la respuesta del Santander, que ha rebajado el diferencial hasta el 0,79%. Eso sí, la entidad que preside Ana Botín tampoco se ha vuelto loca y sólo lo ofrece en préstamos por el 60% del importe de la vivienda y a clientes que contraten una serie de productos.

En definitiva, la guerra hipotecaria ya ha comenzado aunque aún está muy lejos de los niveles precrisis. De momento, solo se han dado los primeros pasos, pero esto no es más que el principio de una carrera imparable para la captación de clientes

Y todo esto ocurre en un contexto en el que la firma de hipotecas ha dejado de crecer en España. Según el INE, en el mes de marzo se constituyeron un 5,2% menos de hipotecas que en marzo de 2017 y un 5,7% menos que en febrero de este año. La tendencia alcista de los dos meses anteriores se ha roto y las entidades están ajustando sus ofertas para facilitar la compraventa de viviendas.

Precisamente, algo sobre lo que el Banco de España ya advirtió: oigan ustedes, cuidado con volver a prácticas del pasado que terminaron como todos conocemos. Pero el Banco de España ya no es lo que era y los bancos no le están haciendo ni caso. Qué lejos quedan los días en los que una simple llamada del gobernador ponía firme a todo el sector.