Entrevistas televisivas, supongo que manipuladas, sobre las nuevas locuras de la señora Manuela Carmena, alcaldesa de Madrid, que ha colapsado la capital de España con sus muy verdes medidas. Madrid se ha convertido en un atasco permanente gracias a la reducción de carriles en el centro para dar cabida a los carriles bici y, ahora, a los patinetes.

El elemento más débil, dicen los verdes, es la bicicleta. No, el elemento más débil es el peatón, para quien el ciclista, que cuando le conviene funciona como peatón y cuando le conviene como vehículo, se ha convertido en el mayor peligro para el viandante.

A eso se unen el corte de carretera de acceso que hace imposible el uso del vehículo privado para ir a trabajar o para ir al centro de la capital.

​Madrid, por ejemplo, se ha convertido en un caos. Eso sí, Carmena ha conseguido colapsar Madrid

Es curioso, cuando les entrevistan, todos están de acuerdo en que es muy necesario restringir el tráfico en la ciudad… aunque eso les destroce vida y trabajo. Nadie osa decirle a Manuela Carmena que va desnuda, o más bien que nos ha dejado a todos en cueros.

Por no hablar de otras majaderías programadas, como la reducción de la velocidad a 30 km por hora, cuando no son pocos los expertos que persisten en el sentido común: a 30 kilómetros por hora los automóviles contaminan más que a 50.

Es igual, hemos creado la religión ecologista y el ídolo es cruel: no admite herejías. Así que todo el mundo anda fastidiado, pero nadie está dispuesto a confesarlo. El dogma del cambio climático no admite disensos. Y mucho menos ante las cámaras.