Debate parlamentario sobre la sexta prórroga del estado de alarma. Un Sánchez irreconocible, con aire provocador, gesticulaciones constantes y burlas sobre sus contrarios, sobre todo con Pablo Casado y Santiago Abascal. Vendía concordia pero compraba burlas en una estado de nerviosismo curioso y con una tendencia a manifestar impunidad absolutamente exagerada hasta la puerilidad. Ya no se disculpa a Marlaska, es que es Marlaska es el que está limpiando la policía de la “mafia”, que supone lo fascista. Ya no se niega que seamos los tontos de la clase ahora somos los mejores y el estado de alarma y el confinamiento un éxito sin precedentes.

En plena negociación para el plan europeo de Reconstrucción, Sánchez despierta sospechas

En el PSOE, totalmente abandonado por Sánchez, insisten en que el presidente tiene completamente controlado el panorama nacional, no así el europeo. Tras la pandemia, Merkel y Macron han tomado las riendas y han descubierto que su socio del sur se ha radicalizado, está en manos de los comunistas de Pablo Iglesias… justo en el momento en que mutualizamos deuda y  asumimos riesgos compartidos.

Así que la tentación lógica es que Bruselas empiece a poner condiciones a los 750.000 millones del plan de reconstrucción. Y eso no es moco de pavo.

Sí, Pedro Sánchez está nervioso. Y su chulería tímida empieza a notarse hasta en los debates parlamentarios. Chulería tímida. Antes sólo era chulería.