• Wert hizo una ley de educación mala en formación y tibia en educación.
  • Y encima ya veremos si se aplica porque en España se ha impuesto la doctrina Colau.
El actual secretario de Estado para Europa, del Ministerio de Exteriores, Íñigo Méndez de Vigo (en la imagen), es el nuevo ministro de Educación en sustitución de José Ignacio Wert, quien se marcha cinco meses antes de las elecciones con el objetivo de conseguir piso en París. Es el más progre de los Méndez de Vigo y las malas lenguas (en la capital no muchas, 99 de cada 100) aseguran que el más empeñado en que llegara a ministro era su jefe, José Manuel García Margallo, que haría cualquier cosa para librarse de él. En cualquier caso, Méndez de Vigo tendrá que aplicar la LOMCE de su predecesor, que sospechamos no se va a aplicar porque en España ha cundido el método Ada Colau: si no me gusta una ley pues me la salto y sanseacabó. Ahora bien, ¿La LOMCE de Wert es una buena ley? Yo creo que no. En materia de formación, por ejemplo, nada de nada. Incluso negativa, en cuanto relega la enseñanza de religión (la formación es algo más que la asignatura de religión pero…). En materia de educación, lo que se discute en una ley educativa es la calidad y el coste. Wert en ningún caso se ha planteado el cheque o bono escolar, la única forma de que los padres sean libres para educar a sus hijos como quieran y que los pobres tengan las mismas oportunidades que los ricos. En materia de calidad sí que se han puesto normas que fomentan el esfuerzo del alumno pero es, como todo lo del PP, una norma tibia, que avanza pasito a pasito. Un poquito más de esfuerzo, pero sólo un poquito, complejos ante los partidarios de la enseñanza pública y mucha, mucha, cobardía. Lo de siempre en el PP. Eulogio López eulogio@hispanidad.com