Thyssenkrupp ha cerrado con unas pérdidas de 115 millones de euros su ejercicio fiscal (octubre de 2020 a septiembre de 2021), tres veces inferiores a las semestrales (-356 millones). Y claro, la bolsa ha aplaudido: la cotización sube un 5%.

El grupo industrial alemán ha cumplido la previsión que realizó hace unos meses de que cerraría su año fiscal en negativo. “Después de dos años de intenso trabajo de transformación, ahora podemos decir que el cambio es evidente y Thyssenkrupp va en la dirección correcta”, ha señalado la CEO, Martina Merz, quien es optimista de cara al presente ejercicio. Todo ello, a pesar de que “quedan enormes desafíos, especialmente debido a la escasez de semiconductores y las incertidumbres derivadas de la pandemia de coronavirus”, ha añadido.

De cara al presente ejercicio, prevé que las ventas suban un 5%, duplicar el Ebit ajustado y lograr un beneficio neto de al menos 1.000 millones, por lo que sería el mayor desde el ejercicio 2007/2008

Una transformación que continúa. Recuerden que vendió su división de ascensores (hoy llamada TK Elevator y de la que conserva una participación minoritaria integrada en su división Multi Tracks) a un consorcio de fondos liderado por Advent, Cinven y RAG Foundation en febrero de 2020. Asimismo, el pasado septiembre, cerró la venta de su negocio de acero inoxidable al grupo italiano Arvedi. Además, desde octubre del año pasado, sus actividades se agrupan en seis segmentos: Servicios materiales, Componentes industriales, Tecnología automotriz, Steel Europe, Marine Systems y Multi Tracks (donde se agrupan negocios para los que se considera una estructura de propiedad diferente en el corto y medio plazo).

Thyssenkkrupp logró un beneficio neto de 9.585 millones en su anterior ejercicio fiscal, gracias al impacto extraordinario positivo de la venta del negocio de ascensores, pero sin este, el resultado neto por operaciones corrientes fue de -19 millones. En el ejercicio 2020/2021, ha elevado pedidos un 13,4%, a 39.571 millones, pero las ventas netas se han quedado en 34.015 millones (-4%). Eso sí, de cara al presente ejercicio, prevé que las ventas suban un 5%, duplicar el Ebit ajustado y lograr un beneficio neto de al menos 1.000 millones, por lo que sería el mayor desde el ejercicio 2007/2008.

El grupo industrial alemán tiene su origen en el creado por August Thyssen, quien empezó en la producción de acero y sus derivados, y después se fue diversificando. A principios del siglo XX, la familia se separó en dos ramas lideradas por sus hijos: Fritz (se relacionó con Hitler y financió al partido nazi) y Heinrich, que emprendieron sus negocios por separado. Este último dio lugar a la rama Thyssen-Bornemisza al casarse con una baronesa: se trata del abuelo de Hans Heinrich von Thyssen-Bornemisza, más conocido en España como el barón Thyssen, empresario y coleccionista de arte, cuya quinta y última esposa fue Carmen Cervera (también conocida como Tita Cervera o la baronesa Thyssen), quien hoy ostenta una gran colección que exhibe en varios museos públicos en régimen de préstamo (en los que por cierto estará el cuadro Cabeza de mujer joven de Picasso, el cual Jaime Botín intentó sacar de España y por el que fue condenado a tres años de prisión, pero no entrará por padecer una enfermedad grave, pues irá al Museo Reina Sofía). Además, hay que recordar que Thyssenkrupp también es fruto de la fusión de la metalúrgica Thyssen (cuya familia fundadora era contraria al antisemitismo, a pesar de que Fritz financió al partido nazi) y la metalúrgica Krupp (familia que era colaboradora de Hitler).