Telefónica se está jibarizando y lo está haciendo a marchas forzadas deshaciendo posiciones en Hispanoamérica. La última operación hasta el momento, la venta de Ecuador a Millicom por 380 millones de dólares, unos 330 millones de euros.

Dos cuestiones a resaltar: la velocidad a la que está vendiendo las filiales iberoamericanas, una al mes -Argentina en febrero, Colombia en marzo, Perú en abril, Uruguay en mayo y ahora Ecuador-, y el hecho de que el comprador de tres de ellas, más dos anteriores (Panamá y Nicaragua), haya sido Millicom, una compañía con sede en Luxemburgo y de la que se desconoce quién está detrás realmente.

Sea como fuere, el problema de Marc Murtra no son las ventas, sino las compras. El presidente de Telefónica necesita dar un golpe de timón que vuelva a situar a la multinacional española entre las grandes telecos europeas. Y comprar Vodafone España no arreglaría nada. De Indra, mejor ni hablamos.