FCC celebraba este martes su Junta General de Accionistas, Slim no aparecía, y no se decía ni una palabra de la Opa sobre Metrovacesa. Algo que llamaba especialmente la atención, puesto que ese mismo día concluía el periodo de suscripción. Tras este silencio, FCC ha rehusado ampliar el periodo de aceptación de la oferta los 70 días que le permite la ley. 

Aún no se conoce el 'éxito' de la operación, ya que se están recontando las acciones para saber cuánto ha aumentado la participación de FCC en Metrovacesa. En los próximos días, la compañía lo comunicará a la autoridad bursátil. La compañía tiene como principales accionistas a Carlos Slim (81,205% mediante Control Empresarial de Capitales y otra participación personal indirecta); el cofundador de Microsoft, multimillonario, filántropo y hombre del Nuevo Orden Mundial, Bill Gates (5,736%); y Esther Koplowitz (4,573%). 

La opa de FCC sobre el 24% del capital de Metrovacesa fue admitida por parte de la CNMV el pasado 5 de mayo, y de resultar exitosa, el magnate mejicano se haría con el 29% de Metrovacesa. FCC presentaba, como garantía de la operación, un aval por importe de más de 262 millones de euros de Banco Santander, otro de los grandes accionistas de Metrovacesa (49,362%), que anunció, al igual que el BBVA, que no acudiría a la oferta. 

Recordemos que Slim redujo a 7,2 euros por título el precio ofrecido, ya que Metrovacesa optó por abonar un dividendo de 0,6 euros por acción el 20 de mayo, importe que FCC descontó al precio inicial de 7,8 euros por acción. Algo que no gustó ni a analistas ni a accionistas, al considerar que el precio era bajo y que no reflejaba el "valor intrínseco" de la compañía. 

Pero la inmobiliaria cerró el día de ayer a 6,86 euros, tras una jornada en la que perdió el 4,85%. Es más, desde que se aprobó la oferta de Slim, Metrovacesa solo ha cotizado un día por encima del precio que el mejicano había ofrecido. Como adelantamos en Hispanidad, con esta oferta Slim daba el primer paso y 'marcaba precio' a la acción, precio que le pareció muy bajo a Santander y a BBVA: una cosa es acabar con el pequeño accionista, y otra muy distinta que ellos no consigan hacer negocio con ello.

Aún está por ver cómo le habrá ido a Slim en esta operación.