La morosidad empresarial en España se disparó un 42% durante los tres primeros meses del año respecto al mismo periodo de 2021, hasta los 348.992 millones de euros, y alcanzó el 73,3% del total de la deuda comercial con retraso de pago, 3,6 puntos más si lo comparamos con el cuarto trimestre de 2021, el mayor repunte trimestral en 12 años, según el Indicador Sintético Cepyme de Morosidad Empresarial (ISME) que mide, tanto las facturas con pago retrasado como la ampliación de los períodos de pago.

El periodo medio de pago también aumentó hasta situarse en los 83,9 días frente a los 82,6 de marzo de 2021 y los 81,4 del trimestre anterior.

El caso es que, según Cepyme, “las empresas no están transmitiendo la totalidad de las alzas de sus costes al cliente final y esto se traduce en una tesorería menguante, lo cual afecta a la capacidad de pago a los proveedores”.

Lo peor, sin embargo, es que esta evolución podría prolongarse en el tiempo ya que, según la patronal, los precios de la energía seguirán elevados, al menos, hasta los próxima primavera, a lo que habrá que añadir subidas de tipos para combatir la inflación lo que se traducirá en una desaceleración económica que ya estamos sufriendo y en un encarecimiento del crédito.

Y mientras las pymes retrasan los pagos a proveedores y negocial ampliar los plazos, Nadia Calviño asegura que el crecimiento de nuestra economía es fuerte y sólido y uno de los mayores de Europa. Hay que tener cara.