Con este nuevo movimiento inesperado, Goldman Sachs se convierte en el tercer mayor accionista de SACYR
De sorpresa en sorpresa. Así cerró Goldman Sachs el año en España y así comienza el nuevo año, con inversiones que nadie sospecha, al menos la cuantía de las mismas. En diciembre fueron Santander y BBVA, en los que invirtió 6.000 millones en derivados, a lo que hay que sumar otros 4.000 millones para convertirse en el segundo accionista de Iberdrola, solo por detrás del fondo soberano Catar Investment Authority (QIA). En resumen, 10.000 millones de euros en tres compañías y en apenas 48 horas en 2022.
Y en los primeros días de enero comienza el año de la misma forma, incrementando su participación en el capital de SACYR del 1% hasta el 6,3% según ha informado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Para aumentar de esta manera su participación, se calcula que Goldman Sachs ha tenido que desembolsar unos 39,4 millones de euros, al hacerse con más de 6,2 millones de títulos en 'swaps' y la adquisición indirecta de 28 millones de acciones.
Con este nuevo movimiento inesperado, el fondo de inversión se convierte en el tercer mayor accionista de SACYR, solo por detrás de la petrolera Disa (14,6%), propiedad de Demetrio Carceller, consejero en Sacyr, vicepresidente de Ebro Foods y dueño de la cervecera Damm, y de José Manuel Loureda, fundador de la constructora (8,3%), pero por delante de Grupo Fuertes (6,4%), Beta Asociados (José del Pilar Moreno Carretero, con el 5%), Nortia Capital (Manuel Lao, con el 3,05%) y Rubric (3%).
Aunque no sabemos por cuanto tiempo mantendrá la posición, ya que el pasado año Goldman Sachs hizo una jugada parecida, pasando del 0,8% de participación a rozar el 6%, para posteriormente volver a la situación previa. Y hace unas semanas deshizo posiciones en sus inversiones de 2022.
Banca, eléctricas y ahora concesionarias, tres sectores en los que nunca ha actuado y en los que Goldam Sachs pone el foco actuando como un fondo especulativo, algo que nunca ha hecho ya que su parcela era la banca de inversión. Y en un contexto económico dominado por una inflación disparada y un banco central dispuesto a subir los tipos de interés a toda velocidad con una crisis de deuda a la vuelta de la esquina.
Y no olviden que hace unos días anunció la ejecución de su plan de ajuste de plantilla y adelantó que despediría a 3.200 empleados, y no descarta más reajustes, es decir, más despidos.