Pedro Sánchez y Teresa Ribera se han reunido este martes con los primeros ejecutivos de las grandes eléctricas. Sin embargo, siguen sin plantear ni tomar ninguna medida para abaratar la luz, el gas y los carburantes desde ya, como están haciendo otros países europeos.

En La Moncloa, han recibido junto al secretario general de Asuntos Económicos y G20, Manuel de la Rocha, a: José Manuel Entrecanales (Acciona y Acciona Energía), Francisco Reynés (Naturgy), Ignacio S. Galán (Iberdrola), José Bogas (Endesa), Josu Jon Imaz (Repsol) y Ana Paula Marques (EDP España). Una cita de la que la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico ha destacado “el diálogo” y “la sensibilidad”, en la que no les ha hablado del impuesto a las eléctricas que propone Unidas Podemos, pero sí les ha pedido un esfuerzo adicional. “No hemos hablado de impuestos a las grandes compañías, sino de cómo conseguir una energía más barata y cómo pueden contribuir en mucha mayor medida al confort de los consumidores”. 

Recuerden que la chulísima vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo española, Yolanda Díaz, ha pedido un impuesto extraordinario a las eléctricas, algo que no teme Francesco Starace, CEO de Enel (dueño del 70% de Endesa). Desde Unidas Podemos, Pablo Echenique, ve margen para reducir los impuestos especiales de los carburantes y ha insistido en que se tope el precio de la luz en 75 euros por megavatio hora. Mientras, desde ERC, Gabriel Rufián, ha apostado por el control público de las hidroeléctricas y eliminar o reducir el IVA para los vulnerables. Dos partidos que defienden la introducción de un gran impuesto a las eléctricas y a las grandes fortunas. 

En el entretanto, el Gobierno Sánchez sigue fiando todas las medidas al “importantísimo” Consejo Europeo que se celebrará los días 24 y 25, en vez de actuar ya. En lugar de eso, prefiere utilizar su ya manido donde dije digo, digo Diego: la última muestra se vio el pasado lunes, cuando descartó limitar el precio de la luz a un tope de 180 euros por megavatio hora, tras no haber logrado apoyo europeo a la propuesta que había planteado junto a Portugal. 

Eso sí, Ribera ha insistido en que las eléctricas deben acelerar la transformación del sistema energético español, acelerando el despliegue de energías renovables. “Queremos facilitar un rápido despliegue de energías renovables”, ha subrayado. Sin embargo, al hilo de esto debería tener en cuenta lo que muchas empresas han comentado en el III Foro de Renovables organizado por El Economista, donde han aludido a que hay apetito inversor y compromiso político, pero hay problemas y retrasos a la hora de aterrizar el PNIEC por la tramitación administrativa, que debe de simplificarse. Vamos que sobra burocracia.