Si algo quedó claro este martes, durante el 30 Encuentro del sector financiero, organizado por Deloitte y ABC, es que los banqueros no están muy contentos que digamos con el Gobierno de Pedro Sánchez, todavía en funciones. El impuesto a la banca que -recordemos- grava los ingresos y no el beneficio, ocupa sin duda un lugar destacado en el cabreo del sector con Moncloa.

El consejero delegado de Unicaja, Isidro Rubiales, fue uno de los protagonistas y le puso cifras al gravamen: en 2022, el banco obtuvo un beneficio de 260 millones de euros, mientras que su contribución a la sociedad, principalmente a través de impuestos, fue de 400 millones. Y entonces todavía no existía el impuesto especial a la banca. Unicaja contribuye tres veces más a la sociedad que a sus accionistas, según Rubiales.

La subgobernadora del Banco de España también quiso poner su granito de arena y aseguró que el sector ha aumentado su margen de intereses un 27%, que habría sido del 33% sin el impuesto.

María Dolores Dancausa fue más allá: “Si las empresas cada vez tenemos menor capacidad de decisión y esta se transfiere a comisarios políticos, yo creo que es lógico que el inversor busque otros mercados donde no tiene estos problemas”, afirmó la CEO de Bankinter provocando los aplausos del auditorio.