Este miércoles comenzamos el primer día clave de las presentaciones de resultados correspondientes al segundo trimestre del ejercicio, y madrugadora, como está, la entidad presidida por la señora Ana Botín. A pesar de lo que dice el refrán sobre lo que le pasa al que madruga y que la Sra. Botín en su carta no explica exactamente la situación de la entidad, en mi opinión mejora, pero con muchos claroscuros.

Vamos con los números del Banco Santander que son los que nos darán un poco de luz. Haciendo el mismo ejercicio del pasado trimestre, vemos cómo el beneficio atribuido ha sido de 3.675 millones de euros (M€) frente a los -10.798M€ que se registraron en el pasado ejercicio en plena debacle del Covid-19, aunque yo sigo opinando que se aprovechó la situación para hacer “limpieza”, pero es mi opinión. Si excluimos los 17.271M€ y los 3.934M€ de los deterioros extraordinarios de los dos ejercicios, el resultado antes de impuestos es de 10.861M€ y de 10.848M€ para el 2020 y 2021. Pero yo tampoco haré trampas y ahora aclararemos algo más.

El beneficio atribuido ha sido de 3.675 millones de euros (M€) frente a los -10.798M€ que se registraron en el pasado ejercicio en plena debacle del Covid-19, aunque yo sigo opinando que se aprovechó la situación para hacer “limpieza”

El margen de intereses se ha situado en 16.196M€ y continúa estable, que con estos tipos de interés es lo mejor que se puede decir, pues el mejor desempeño se compensa con el impacto de los tipos de cambio. Las comisiones netas ascienden a5.169M€ (+0,6%) y creo que mejoraran, pues el fin del todo gratis llegó en un momento muy delicado y de difícil aplicación. Los ROF, que significan el 4% de los ingresos con 894M€ (-16,7%), no tiene más explicación, pues salvo debacles en las carteras, las entidades utilizan el epígrafe como equilibradora del margen donde no llegan las otras partidas. Los ingresos por dividendos se empiezan a estabilizar con la recuperación de los no pagados en el ejercicio anterior (+16,6%) y por la vuelta a una medio normalidad económica, el resultado en entidades participadas deja el negativo por unos ingresos de 163M€. El margen bruto crece un 1,9% interanual gracias a los ingresos por dividendos y los resultados de las participadas, lo que deja muy claro que ni el margen de intereses ni las comisiones, en las actuales circunstancias, van a ser determinantes en la cuenta de resultados por lo menos del Santander.

La partida que sí lleva tiempo siendo determinante, y en ello se empeña la compañía, es la de los costes de explotación, 10.377M€ que en este semestre se ven reducidos en un 3,1% respecto al pasado ejercicio, destacando la reducción en un 6,8% de los gastos de administración gracias en parte a los planes de ahorro previstos en Europa y al impacto de los tipos de cambio en alguna zona geográfica. Los planes de reducción de plantilla aún no son visibles en los costes a pesar de la reducción interanual de 3.533M€.

El margen bruto crece un 1,9% interanual gracias a los ingresos por dividendos y los resultados de las participadas. Y los planes de reducción de plantilla aún no son visibles en los costes, pero sí en las provisiones que suben en 876M€, a 1.490M€

La partida de provisiones, 1.490€, 876M€ más que en 2020, sí que recoge los costes previstos por reestructuración del negocio junto a 154M€ por operaciones relacionadas con hipotecas. Aquí es donde yo hablaba de no hacer trampas pues, si se excluyen estas partidas, el comparativo interanual del resultado antes de impuestos sería de 12.338M€ en el presente y de 11.475M€ en el anterior.

Llegamos a la evaluación del riesgo de crédito donde los préstamos y anticipos a la clientela crecieron un 2% interanual, situándose en 954.518M€, propiciados por las facilidades crediticias iniciadas en los primeros meses de la pandemia, algunas con garantías oficiales. El ratio de morosidad se sitúa en un 3,2%, un 0,4% inferior al del pasado ejercicio, pero que ha notado un incremento de un 0,2% en este ultimo trimestre. El saldo de activos deteriorados es de 33.266M€ y se ha llevado a la cuenta de resultados dotaciones por 3.804M€, un 45,9% inferiores a las del pasado 2020, que supuso la elevación del criterio de prudencia ante la situación sanitaria que se planteaba. Mi opinión ya la saben, creo que hubo de todo y se aprovechó la situación para aflorar “muertos”. El fondo de insolvencias al cierre es de 24.239M€, lo que representa una cobertura total del 73% de activos deteriorados. El coste del crédito ha descendido un 0,32% para situarse en un 0,94%.

El saldo de activos deteriorados es de 33.266M€ y se ha llevado a la cuenta de resultados dotaciones por 3.804M€, un 45,9% inferiores a las del pasado 2020, que supuso la elevación del criterio de prudencia ante la situación sanitaria que se planteaba

Otros ratios registrados en el semestre son la rebaja en un 1,6% del ratio de eficiencia, que se sitúa en un 45,7% y el de solvencia CET1 Phased-in, que se sitúa en un 12,11% desde el 11,84% de junio de 2020, si bien el de diciembre fue de un 12,34%.

No se si ustedes lo verán igual, pero a pesar de que el triunfalismo forme parte de la obligación de un dirigente de banco en tiempos, digamos no fáciles, a la vista de los datos objetivos que hemos visto aquí, los problemas del Santander no se han acabado. Y es que aún tiene negocios fuera que son una patata caliente como en Reino Unido, y en España mucho cuidado porque estamos aún en vuelo rasante sin despegar llenos de incertidumbres y en cualquier momento se viene todo abajo o pasamos otro bache y a provisionar créditos de nuevo.

Pero todo esto no es nada, la gran noticia es la de esta mañana con Dª Ana Botín anunciando la intención de retomar la remuneración al accionista con el 40 o 50% del beneficio ordinario. ¿Y el supervisor que opina? De momento al cierre de este artículo el mercado no le ha comprado la iniciativa. All together now (todos juntos ahora), como titula su informe de resultados, en busca del dividendo perdido. Algo que, por cierto, no ha premiado el mercado: la cotización baja más de un 2% y protagoniza la mayor caída dentro del Ibex este miércoles. 

Y es que la pregunta sigue siendo la misma: ¿cuál es el modelo de banca de Ana Botín? Y cuando eso no está claro, la vuelta al dividendo, siendo importante, se convierte en secundaria.