Este jueves, con un inusual madrugón, la entidad vallesana que el pasado 31 de diciembre cumplió los 140 años desde su fundación, ha presentado los resultados al cierre del cuarto trimestre del ejercicio 2021.

La primera noticia es que el resultado neto obtenido ha ascendido a 620 millones de euros (M€), 741M€ más que el resultado del pasado ejercicio, pero aún muy lejos de los 951M€ obtenidos en el ejercicio 2019 y por encima de las previsiones del “consenso de los especialistas” que lo situaban alrededor de los 390M€. Este resultado, además, anticipa en un año el objetivo de rentabilidad de su plan estratégico.

Vamos a descender un poco más en su cuenta de resultados para ver este cambio. Lo primero es resaltar la aportación al resultado neto del TSB: 150M€. La inversión en la entidad británica, de la que personalmente siempre he considerado que era un mal negocio, impulsado por motivos políticos en busca de una salida al sistema bancario europeo en caso de un intento de independencia en Cataluña, parece que está enderezando su rumbo económico respondiendo al plan de reducción de costes con el cierre de 70 oficinas y la digitalización de un buen porcentaje de sus transacciones comerciales. Esta tendencia ya se estaba viendo en los tres trimestres anteriores donde su aportación al beneficio neto del grupo fue del 22,1%.

El margen de intereses crece un 0,8% interanual, y alcanza los 3.425M€. El crecimiento de las hipotecas, en especial en el TSB que crece un 14,3% en el margen, ha sido un equilibrio para la falta de aportación de ingresos por las ventas de la cartera ALCO para financiar los costes de las reducciones de plantilla, 3.388 empleados en lo que va de ejercicio en el total del grupo y 326 oficinas cerradas. También crecen las comisiones un 8,7%, destacando las operaciones de riesgo (avales y crédito) (+4,1%) y por cuentas a la vista (+22,2%): 293M€ que, junto a los 358M€ percibidos por gestión de activos, significan el 44% del total de la partida de comisiones. Las ventas de las carteras ALCO durante este ejercicio han generado un resultado de 324M€ registrados en la partida de ROF de 344M€, (800M€ en 2020) y se han debido, principalmente, al mismo motivo de venta de carteras para financiar los ajustes de los planes de eficiencia.

Claro-obscuros de la entidad que para mi parecer dejó pasar la oportunidad de fusión con BBVA y que puede pagarlo algo caro si no continúa incrementándose la mejoría en sus cifras de negocio

El margen bruto de 5.026M€ (-5,2%) se ha visto afectado principalmente por los 313M€ de otras cargas de explotación y la diferencia en los ROF por ventas de carteras.

Los costes de explotación se han reducido en un 5,4% hasta los 2.781M€. Destaca la reducción en el TSB que lo hace en un 10,3%. Los ajustes de las diferentes fases del plan de eficiencia han permitido en el ejercicio un ahorro de 157M€ de los que 108M€ son de personal. El margen antes de dotaciones (1.719M€) es un 6,6% inferior al del pasado ejercicio principalmente por las menores ventas de carteras ya vistas en el margen bruto.

La inversión crediticia ha crecido un 5,5% interanual y se sitúa al cierre del ejercicio en 154.912M€, el crecimiento de la inversión del TSB +19,1% ha supuesto un considerable empuje, en especial basado en la producción de hipotecas que crecen en un 21% y ya representan casi el 50% del total del grupo. Los activos problemáticos ascienden a 7.565M€ de los que 6.203M€ son préstamos dudosos y 1.362M€ activos adjudicados con unas coberturas del 53,1% y del 38,2% respectivamente. El ratio de morosidad se sitúa en el 3,65%, 0,05% superior al pasado ejercicio.

Por lo referente a otros ratios, me llama la atención el ROTE, este ratio de rentabilidad se encuentra en el un 5,05%, el objetivo al cierre del 2023, dentro del plan de eficiencia es del 6%. Un poco lejos están, pero lo peor es que la mayor parte de las entidades españolas están en un 8% y las tres grandes en el 12%. La eficiencia, 55,33% se ha reducido en un 0,08%, mientras que el ratio de capital CET Fully Loaded ha cerrado en un cómodo 12,18%, un 0,16% más que en 2019.

Claro-obscuros de la entidad que para mi parecer dejó pasar la oportunidad de fusión con BBVA y que puede pagarlo algo caro si no continúa incrementándose la mejoría en sus cifras de negocio. Las presentadas hoy pueden ser un espejismo producido por el buen desempeño en la aplicación de un estricto plan de reducción de costes que debería ir acompañado de un crecimiento importante de negocio y, sobre todo, de rentabilidad. Mientras el saneamiento del TSB me suena más a un “vísteme guapo” para una posible venta que a un intento de que aporte más valor al grupo cara a retomar una fusión. El tiempo bien preciado en estas situaciones nos dará o quitará razones.