Como es de costumbre, en sesión de tarde con el mercado cerrado, Indra presenta sus resultados del primer semestre. Hablamos de la compañía que ahora está presidida por Marc Murtra, después de la defenestración de Fernando Abril-Martorell por parte de la ministra de Hacienda y Función Pública, Marisú Montero. Esta última decidió cubrir con la cuota del PSC la presidencia de Indra y así tratar de parar la insurrección que el caso ITP estaba generando en el seno de su consejo, y ahora exige que Murtra sea presidente ejecutivo.

Discúlpenme por este inicio más propio de otra prensa distinta a la salmón, pero últimamente Indra aparece más en la prensa por la situación guerra civilista en su consejo que por su desempeño económico. La última muestra se ha visto recientemente con el golpe de mano que ha dado el Gobierno cargándose al ‘capitán de los rebeldes’ y secretario general del Consejo, José Antonio Escalona, y sustituyéndole por Guillermo Guerra. Pero casi mejor vamos a analizar la situación económica que es lo nuestro.

Los ingresos han alcanzado los 1.617,7M€, un 9% más que hace un año y un 4,6% superiores a los del mismo periodo de 2019, con crecimientos del 16% en Transportes y Defensa (T&D) y del 9% en Minsait

Empezaremos por ver cómo el resultado, de forma lenta, se va recuperando y al cierre de junio ha presentado un beneficio atribuido de 55,3 millones de euros (M€). Recordemos que el pasado ejercicio en estas fechas presentaba pérdidas por 74,6M€, con 95M€ de saneamientos por los efectos de la pandemia, y en el segundo trimestre había conseguido un beneficio de 6,3M€, mientras que en el mismo de este ejercicio ha obtenido 33M€, evidentemente sin necesidad de saneamientos.

Los ingresos de la compañía de consultoría y tecnología, de la que el Estado posee el 18,7%, van mejorando y se han alcanzado los 1.617,7M€, un 9% más que hace un año y un 4,6% superiores a los del mismo periodo que el 2019, con crecimientos del 16% en Transportes y Defensa (T&D) y sobre proyectos interrumpidos por la pandemia el pasado ejercicio, este mismo motivo justifica la reducción de la nueva contratación ya realizada en 2020 por lo que desciende un 29%. En la división Minsait, los ingresos crecen un 9%, destacando Administraciones públicas y sanidad, y las nuevas contrataciones crecen un 4%. Por áreas geográficas, España representa el 51% de los ingresos y crece un 5,8%, Europa supone un 19% y crece un 15,8%, América aporta el 17,5% de los ingresos, pero desciende respecto al 2020 un 6,2% y el mayor crecimiento es para el resto de las áreas con un 48,8% y aportando el 12% del total de ventas.

El Ebitda es de 145,6M€, frente a los 17,9M€ de hace un año. Mientras, la deuda neta asciende a 546,1M€ y el total de endeudamiento financiero es de 1.497M€, el mismo del ejercicio anterior

Los aprovisionamientos y otros gastos de explotación han crecido un 10,8%, lo que denota una clara vuelta a la actividad y la partida que siempre castiga la cuenta de resultados de Indra, gastos de personal, se sitúa en 945,8M€, siendo un 1,4% inferior a la de 2020 a pesar de los 1.516 empleados más al final del periodo que recogen la incorporación de SmartPaper, que aporta ya 1.047 empleados. Los gastos de personal representan el 58% de los ingresos ordinarios y el 37% del total de gastos.

El Ebitda ha cerrado en 145,6M€, mientras que en el primer semestre de 2020 lo hizo en 17,9M€. Otra de las debilidades de la compañía es la financiera: su deuda neta asciende a 546,1M€, lo que significa un incremento de 59,7M€ respecto al trimestre precedente y un total de endeudamiento financiero de 1.497M€, el mismo del ejercicio anterior. El pago por el endeudamiento financiero asciende a 25M€, 6M€ más que el pasado ejercicio. El flujo de caja ha mejorado, pero sigue siendo negativo de 50M€ que incluyen 25M€ por el plan de transformación de plantilla, mientras que en el pasado ejercicio fue de -88M€.

En la conferencia con analistas, el director financiero de Indra, Javier Lázaro, ha referido que la cúpula estudiará si retoma el dividendo antes de que termine el año

A medida que vamos volviendo a la normalidad veo algunos problemas que se le van a plantear a la compañía en el cumplimiento de sus compromisos. Y es que en divisiones como Defensa y Transportes, que acumulan proyectos interrumpidos por la pandemia y las restricciones de movilidad del pasado ejercicio, ahora con esta relativa normalidad vuelven todos al mismo tiempo, pero también se han de buscar nuevos proyectos y esto va a suponer solapamientos que probablemente no sean tan rentables por los costes de crecimiento en plantilla que conlleven.

De lo de la lucha fratricida en el Consejo solo reseñar otra víctima del Gobierno, el letrado del Consejo de Administración (José Antonio Escalona) a quien se le acusa de ser el instigador de la rebelión de los consejeros independientes que ha sido sustituido por otro amiguete de la cuota (Guillermo Guerra, del bufete Gómez-Acebo & Pombo). ¡Qué país!... Un movimiento que provocó la caída de la cotización en un 2,21% el pasado martes, casi lo mismo que había ganado el día anterior (+2,192%). Y puede que este miércoles la acción suba de nuevo, porque en la conferencia con analistas, el director financiero de Indra, Javier Lázaro, ha referido que la cúpula estudiará si retoma el dividendo antes de que termine el año.... y así ha sido: en las primeras horas de la sesión, la cotización se ha disparado un 10% liderando las alzas dentro del Ibex y ha cerrado la jornada con una subida del 12,91%, siendo la más alta del selectivo español.