Hablamos de Gerardo Kuri Kaufmann, hombre de máxima confianza de Carlos Slim, que ha presentado su dimisión como consejero delegado de Realia, por lo que la compañía le ha designado vicepresidente no ejecutivo y consejero dominical, según ha informado la promotora a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). 

Kaufmann entró en Realia en 2015, apenas unos meses después de que Slim se hiciera con el control de la sociedad participada. El mexicano está también presente en el consejo de administración de FCC, es consejero delegado de la filial cementera del grupo, Cementos Portland Valderrivas, y ha trabajado en Carso, el brazo inversor de Slim. O dicho en otras palabras, Kaufmann es el claro ejemplo de que en todas las empresas en las que está presente el capital del magnate mexicano impera el ‘estilo Slim’

Slim se encargó de disgregar Realia de FCC, donde controla el 73,329% a través de Control Empresarial de Capitales (y de ese 73,3%, un 50,1% vía FCC). En FCC es propietario del 81,205% a través de Control Empresarial de Capitales y otra participación personal indirecta, y en todas estas sociedades Kaufmann está presente de una forma u otra. Por eso llama la atención su dimisión, aunque con el aumento de participación de Slim en Metrovacesa y sus planes para vender de FCC Construcción y FCC Medio Ambiente. Quizás a Kaufmann les esperan nuevos retos como mano derecha del magnate. 

Y este cambio de sillas se produce cuando Realia presenta resultados que, como vienen siendo habitual, dan alegrías a Slim. La promotora obtuvo un resultado neto atribuible de 58,14 millones de euros en el ejercicio del año 2022, un 0,5% superior al obtenido en el mismo periodo del ejercicio anterior (57,86 millones).

Pero todo no son buenas noticias, el área de promociones le juega una mala pasada al ingresar un 55,1% menos (42,56 millones), lo que hace que sus ingresos totales se reduzcan un 24,9%, alcanzando los 135,19 millones

Según ha explicado la compañía este aumento se debe "a la mejora del resultado de explotación y financiero, así como al incremento de la atribución de resultados por la adquisición de la participación en diciembre de 2021 del 37,11% en la sociedad de Hermanos Revilla". La compra de Hermanos Revilla se notó en las cuentas del 2022, cuando en los resultados presentados en marzo la deuda se disparó un 12,4%, pero ahora se empiezan a ver los frutos de esa inversión. Es más, Realia ha dado información de cómo sigue su deuda financiera bruta y han conseguido reducirla un 11,6%, dejándola en 554,79 millones a 31 de diciembre de 2022.

Pero todo no son buenas noticias, el área de promociones le juega una mala pasada al ingresar un 55,1% menos (42,56 millones), lo que hace que sus ingresos totales se reduzcan un 24,9%, alcanzando los 135,19 millones. Aunque el resto de áreas de actividad crecen, patrimonio ha facturado 88,24 millones (+7,9%) y prestación de servicios y otros ha registrado 4,39 millones (+24,4%).

Al reducir su actividad en promociones, los gastos operacionales han descendido en un 26,54%, alcanzando los 80,54 millones, que se "justifica mayoritariamente por la menor entrega de unidades de promociones". En términos generales, Realia ha sabido contener y reducir los gastos, que han disminuido un 17,3% (4,54 millones) respecto al mismo periodo de 2021, debido a "sinergias producidas en la reordenación funcional" de la sociedad Hermanos Revilla.

El resultado bruto de explotación (Ebitda) de la compañía creció un 9,5%, situándose en 74,41 millones, frente a los 67,98 millones del ejercicio 2021. Además se logró en el 2022 un Ebitda positivo en todas sus actividades (promoción, patrimonio y servicios).

Respecto a las previsiones para 2023, y "a pesar de las de las dificultades del actual entorno macroeconómico", Realia considera que no está comprometida la actividad del Grupo en el corto plazo y, por tanto, la aplicación del principio de empresa en funcionamiento.