El año 2023 fue un año convulso para Carlos Slim. El magnate mejicano aprovechaba hasta los últimos días antes de que acabe el año para reordenar sus empresas. Reorganizó su cúpula de hombres de confianza, compró, midiante FCC un 5,93% de las acciones que tiene en Metrovacesa, también se hizo con Urbaser en Reino Unido o y se deshizo de Medio Ambiente. Además, para rematar el año, reordenaba sus activos en España, traspasando a FCC un 12,19% de su participación en Realia, al tiempo que amplió un crédito que Realia tenía con FCC. Y es que ésta última le concedió a la inmobiliaria en 2021 los fondos necesarios para hacerse con una participación del 37,11% en Hermanos Revilla.

Tras la operación de traspase, Soinmob, inmobiliaria del empresario mexicano, pasaba de controlar el 23% del capital al 11%, la diferencia es lo que pasó a controlar FCC. Aunque todo sigue 'quedándose en casa', puesto que Slim controla el 77% de Realia. 

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Pero tanto movimiento parece haber afectado a Realia, y es que su beneficio neto atribuible fue de 24,7 millones de euros en 2023, lo que supone una caída del 57,5%. Según ha remitido la compañía a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), este batacazo es debido a las mayores provisiones realizadas y al impacto del alza de los tipos de interés en la actividad inmobiliaria.

En concreto, la variación de provisiones, principalmente existencias, fue de 34,8 millones; un impacto de 35,7 millones por la menor valoración de los activos patrimoniales; y otro de 10,6 millones por el resultado financiero negativo, motivado por el alza del Euríbor.

Y esta reducción del beneficio se da pese al aumento de los ingresos, que crecieron un 12,6%, hasta los 151 millones de euros, al mismo tiempo que el resultado bruto de explotación (Ebitda) fue de 69 millones de euros, un 38% más. Estas buenas cifras son gracias al aumento de las rentas por la inflación y a las mayores rentas procedentes de la actividad de alquiler residencial. Aunque la deuda financiera neta se mantiene plana en 516,9 millones de euros, un 0,4% menos que en el ejercicio anterior.

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Pese a estos modestos resultados con el desplome del beneficio, en su conjunto, los miembros del consejo de Realia ganaron un 3,5%. Respecto a las retribuciones de sus máximos directivos, el presidente, Juan Rodríguez Torres, percibió 254.000 euros, un 4,1% más; y el vicepresidente, Gerardo Kuri, otros 235.000 euros, un 4,4% más. 

Además, debemos recordar que Slim está lejos de olvidarse de Metrovacesa, por lo que planea volver a lanzar una nueva OPA sobre la promotora en un intento de hacerse de nuevo con el control. Una vez Slim se hiciera con el mando, su objetivo sería excluirla de la Bolsa española, lo que podría provocar un efecto arrastre con las otras dos principales promotoras españolas, Neinor y Aedas, que también se plantean su salida de bolsa.

Sus intenciones con Metrovacesa no acabarían ahí. La operación no se entiende sin la otra pata fundamental para Slim: Realia. Fusionando ambas en un gigante inmobiliario. 

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Y es que Slim no entiende el sector servicios, y la construcción no le gusta, pero quiere hacerse fuerte en el negocio inmobiliario español. Por lo que su idea sería controlar Metrovacesa, y una vez excluida de bolsa, fusionarla con Realia, su otro buque insignia. Movimiento que encajaría con la otra operación que Slim tendría en mente: la venta de FCC Construcción y FCC Medio Ambiente.